Por: Redacción/
Negra/Anger es una puesta escénica que a través de la danza se espiritualiza en poesía que concluye en una explosión de alegría como invitación a concebir un mundo con mayor fraternidad, sin fronteras raciales y diferencias en los colores de la piel.
Es “un canto corporal que celebra la diversidad humana, como el mayor patrimonio que tiene la humanidad”, en palabras del bailarín, coreógrafo y pedagogo colombiano, director del Colegio del Cuerpo y de la compañía Cuerpo de Indias, en Cartagena de Indias, Colombia, Álvaro Restrepo.
Por su estética, excelso montaje coreográfico y una estupenda selección musical acompañado de proyecciones de imágenes de la cantante, compositora y pianista Nina Simone y del poeta, dramaturgo y político Aime Césaire, en la que los bailarines se desplazan la mayor parte del tiempo de frente a un pantalla gigante en tributo a estos defensores sociales de los derechos, el orgullo y la identidad de los negros, es una danza de amor, que transforma el sometimiento en orgullo y vitalidad.
La pieza presentada por el Centro Nacional de las Artes (Cenart) y la Compañía Cuerpo de Indias, encabezada por los coreógrafos, bailarines y pedagogos Álvaro Restrepo (Colombia) y Marie France Delieuvin (Francia), no impresiona con las potenciales cualidades dancísticas de los bailarines, sino por la estética de cada movimiento corporal, de cada deslizamiento en el trabajo individual y colectivo.
Los cuerpos expuestos en el baile tuvieron un lenguaje, se expresaron y hablaron con el alma, la conciencia y emocionaron, abrieron las miradas de los espectadores al dolor de la negritud, pero asimismo a su alegría y fortaleza.
El telón al abrirse mostró una línea de cuerpos perfectamente ordenada a semejanza de las teclas de un piano. Al escucharse un sonido, un bailarín se incorporó para que a través de los acordes de la música de este instrumento reanimara a cada uno, con solo tocarlos, y en cadena, otros hicieron lo mismo con otros. Mientras tanto, un imagen de Nina se dejaba ver entre un teclado.
La voz de Nina inspira a la danza, uno baila, juega con una especie de largos velos con los que hacer figuras. Otros, postrados sobre el suelo, forman una especie de cuadro pictórico o una especie de montaje fotográfico cubiertos con los velos, Se incorporan y danzan, por momentos sólo, otros en conjunto. El canto de Simone y la coreografía es un ritual fabuloso.
Conforme la pieza se desarrolla, se despojan de las mallas que cubren su rostro. El baile es menos melancólico. Brota el deseo de ser negro. Un diálogo de una niña con una mujer expone el deseo de la menor de ser negra. Al final, todos bailan al ritmo de una alegra danza africana. Cada uno luce sus habilidades dancísticas al centro para luego, en grupo, en parejas fusionada en uno crean un núcleo compatible despojado de velos que cubre el rostro y cuerpo.
Negra/Anger es un anagrama en el que las mismas cinco letras están contenidas en estas dos palabras y expresan el sentido de la obra. Es también el resultado de un intercambio artístico/pedagógico entre el Cenart y la Compañía Cuerpo de Indias (Núcleo Profesional de El Colegio del Cuerpo (eCdC)) de Cartagena de Indias, Colombia.
El objetivo fue conocer la filosofía/metodología de educación con y para la danza entre ambos países, explicó Restrepo, quien explicó que la pieza surgió como meditación sobre el tema del racismo y la discriminación/segregación racial que es “más que un grito de denuncia, un canto y una celebración corporal de la diversidad étnica y cultural de la humanidad”.
En una semana 32 bailarines, 11 de los cuales son miembros de la Compañía Cuerpo de Indias y el resto fueron capacitados en el Cenart, a partir de una convocatoria abierta para seleccionar a bailarines o jóvenes con experiencia y gusto particular por el movimiento, los lenguajes del cuerpo: teatro físico, danza urbana, clásica, contemporánea, tradicional, acrobacia y capoeira, entre otros para dar vida a esta bella obra.
“Tal como está concebido, permite una participación activa y potente de todo el grupo de 32 jóvenes”, dijo Restrepo, quien explicó que la Compañía Cuerpo de Indias vino a México invitada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Festival Cervantino y el Cenart para realizar diversas actividades artístico-pedagógicas en la Ciudad de México.
En particular Negra/Anger es un proyecto apoyado por el Ministerio de Cultura de Colombia, a través del Programa Nacional de Concertación Cultural, Circulación y Apropiación de la Danza Contemporánea como Experiencia Significativa. Todo lo anterior también en el contexto del Año Dual México-Colombia.
Álvaro Restrepo señaló que México representa su plan B en sentido de que “si algún día, me tocar por alguna razón irme de Colombia tomaría el mismo camino de mis grandes maestro y amigos: Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis, dos mexicanos-colombiano o colombo-mexicanos que hicieron de México su patria y que la amaron”.
Añadió que México “es la gran nación latinoamericana. Es lo que deberíamos ser todas las naciones de este continente con esta fuerza de la cultura de la civilización del espíritu”.
Álvaro Restrepo informó que también estrenará en México, el 20 y 21 de octubre, en el Teatro Julio Castillo, la obra Sacrifixio: La consagración de la paz, una coproducción colombo-mexicana realizada en el marco del Año Dual entre los dos países.
Es un homenaje al proceso de paz de Colombia y al Premio Nobel de la Paz 2006, el ex presidente de ese país Juan Manuel Santos, en el que participan 20 bailarines, además del coro Harmonia Vocalis y el Ensamble Tambuco, con música del mexicano Samuel Zyman.
Como parte de su estancia en nuestro país y antes de viajar a Nueva York donde el artista hará una residencia artística de tres semanas, el coreógrafo presentará un adelanto de la obra Animal Family, el 23 de octubre, en La Caja.
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