Por: Redacción/
“El príncipe Sigfrido, auténtico protagonista de la obra; las princesas Odette, Odile y el hechicero Von Rothbart, se diseñan como netos símbolos de la lucha interior en su búsqueda del amor sublimado y en la seducción que ejerce el mundo denso y palpitante de las pasiones: El Mal y el Bien conforman la dualidad de la naturaleza humana… y el drama coreográfico-poético-musical de El lago de los cisnes sucede en el interior de nosotros mismos”: Mario Galizzi.
Un éxito rotundo fue la primera de siete funciones que ofrecerá durante este mes el ballet clásico más esperado de México, que presentado por la Compañía Nacional de Danza (CND) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la noche de este jueves cautivó al público asistente en el máximo recinto cultural de nuestro país.
La coreográfica creada por Mario Galizzi, basándose en las originales de Marius Petipa y Lev Ivanov, acompañada por la música de Piotr Ilich Chaikovsky, presenta esta gran obra en dos actos y cuatro escenas, en la que participaron los 70 bailarines de la CND, con la colaboración del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández y alumnos de la academia Dance Center dirigida por Arcelia Peña.
Este cuento de hadas llevado a escena a través de la danza, que inundó de belleza con la representación de la eterna lucha entre el bien y el mal, el sacrificio y el triunfo del amor más allá de la muerte, se desarrolla en fantásticos escenarios como un castillo medieval y un bosque encantado, donde en amor de Sigfrido y Odette, se ve interrumpido por el hechizo de un brujo, quien convirtió en cisnes a todas las doncellas del reino.
El espectáculo logra jugar de manera armoniosa con los grandes contrastes que hay en los ambientes realistas de las primera y tercera escenas, que se desarrollan en un jardín y un salón palaciego, respectivamente, y las atmósferas oníricas y mágicas de los segundo y último momentos escénicos, llamados “actos blancos”, desarrollados en un bosque y a la orilla de un lago.
Con la primera escena inició la impresionante coreografía, en la que los bailarines deleitaron a los asistentes con su pulida técnica. El joven Sigfrido, interpretado en esta ocasión por el solista Sebastián Vinet, quien alternará el papel con Argenis Montalvo, Yubal Morales y Erick Rodríguez, recibe con desagrado la noticia de que tendrá que elegir una esposa de entre cinco hermosas princesas desenfadado toma una ballesta y se interna en el bosque en persecución de una parvada de cisnes que atrajo poderosamente su atención.
Ya en el bosque, Sigfrido se enfrenta al brujo Von Rothbart, encarnado por Roberto Rodríguez, pero Odette, cuya interpretación intercala funciones entre Yoalli Souza y Greta Elizondo, se interpone ya que la desaparición del villano implicaría la de los demás cisnes y la de ella misma. Es este acto donde los príncipes de enamoran.
Luego del intermedio, de regreso en el castillo para el baile en el que el protagonista elegiría a su futura esposa, aparece el hechicero disfrazado de un caballero acompañado por su hija Odile, haciéndola parecer como Odette, Sigfrido es engañado y la presenta a su madre como su prometida, para luego darse cuenta de la farsa planeada por Von Rothbart, quien hace desaparecer el palacio.
La última y más espectacular escena, tiene lugar en el lago encantado, dónde se desata una tempestad y una lucha en la que el príncipe resulta perdedor al hundirse en la profundidad de las aguas. Odette; desconsolada, decide entregar su vida y yacer al lado de su amado; sin embargo, este acto supremo de amor termina con el hechizo y con el mago. Los amantes ya en la muerte, ascienden a la felicidad eterna.
El finalizar la puesta, todo el elenco, directores, creadores y artistas tras bambalinas, recibieron una generosa ovación por el público, cuyos merecidos aplausos, dieron cuenta de la gran sensibilidad, capacidad y técnica de los bailarines, así como del profesionalismo de todo el equipo que hizo posible la presentación.
El montaje especialmente creado para el Palacio de Bellas Artes, donde se presenta por segundo año consecutivo, cuenta con la escenografía diseñada por Rem Studio Mx y la iluminación a cargo de Rafael Mendoza, ambos adaptándose perfectamente al recinto que ahora es sede del ballet que se presentó durante 40 años en el Lago de Chapultepec.
Las funciones del 19 y 26 de agosto de El lago de los cisnes, podrán disfrutarse en un apantalla gigante instalada a un costado del Palacio de Bellas Artes, en la calle Ángela Peralta, gracias al programa de la Secretaría de Cultura, La Cultura A-Pantalla. Estas mismas presentaciones también se transmitirán en vivo por livestream.com/inba.
El lago de los cisnes, ofrecerá seis funciones más durante agosto en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, ubicado en Av. Juárez y Eje Central S/N, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Las entradas están agotadas.
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