Por: Redacción
Durante la ponencia La filosofía y la Constitución de la Ciudad de México, que formó parte del programa organizado por el Gobierno de la Ciudad a través de la Secretaría de Cultura capitalina, La Filosofia es un Derecho de Todos, investigadores y docentes propusieron al Congreso Constituyente incluir en la Carta Magna una educación con alto contenido filosófico, que propicie una conciencia en todas las personas.
El presidente del Observatorio Filosófico de México, el maestro Gabriel Vargas Lozano, argumentó que uno de los derechos fundamentales es la educación, los bienes de la cultura y dentro de estos, la filosofía como elemento fundamental.
“Por tanto, el Estado tiene la obligación de promover una cultura filosófica, con el objetivo de no sólo propiciar el pensamiento propio sino también la democracia; cuando hay una auténtica democracia es cuando los ciudadanos pueden argumentar, decidir, reflexionar con libertad sobre las opciones del futuro” señaló Vargas Lozano, puntualizando que con ésto también se deben de incorporar las condiciones para que sea una realidad.
“La filosofía también debe estar presente en el Congreso Constituyente para que realmente se pueda considerar soberano y ser verdaderamente constituyente de un mundo nuevo”, afirmó el Coordinador del Colegio de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, doctor Gerardo De la Fuente Lora.
Y el doctor Ambrosio Velasco Gómez recordó que una de las enseñanzas platónicas es que la filosofía es diálogo, mismo que debe verse reflejado en la Constitución mediante la inclusión de todas las voces que integran a la sociedad.
El investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas Guillermo Hurtado, afirmó que “una educación filosófica es una educación de calidad, que ennoblece y humaniza; le da al niño o al joven tres dimensiones de la vida sin las cuales no tendríamos seres humanos robustos; me refiero a las dimensiones de las razones, de los valores y de los fines. Es eso a lo que queremos que todos los habitantes tengan acceso. Decir solamente que ‘la educación sea un derecho’ es ofrecer un derecho austero y escueto, de tal manera que sólo los niños privilegiados podrán tener una educación filosófica, haciendo desigual la enseñanza”.
Agregó que hay otros “oponentes peligrosos, que piensan que la filosofía no es de la gente, que piensan que es propiedad de los filósofos, que es un conocimiento elitista. Son los investigadores universitarios celosos de este conocimiento elitista que no quieren que eso que consideran su propiedad se manche en las manos del pueblo. Quienes defendemos que la filosofía sea un derecho para todos, pensamos que la filosofía es para todos y que no hay dueños del saber”, concluyó Hurtado.
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