Por: Redacción
La existencia de una larga tradición de costumbres funerarias en el Occidente de México, particularmente en Michoacán, donde se sabe de procesos de cremación que datan de diferentes épocas, practicados en las zonas de los lagos y Tierra Caliente de ese estado, dio pie a la realización del Primer Coloquio de Arqueología en la entidad, que ahonda sobre el tema.
Con sede en el Centro INAH Michoacán, el encuentro académico ha convocado a más de 60 ponentes que abordan las prácticas funerarias no sólo desde la arqueología, sino desde las perspectivas histórica, antropológica y etnohistórica, entre otras, que permitirán entender la complejidad de estas costumbres.
El arqueólogo José Luis Punzo, coordinador del coloquio, destacó que, pese a que la arqueología michoacana se estudia de manera formal desde hace más de cien años, con los trabajos pioneros en el sitio de Tzintzuntzan, no se contaba con un espacio de carácter permanente que permitiera a los investigadores dialogar sobre su trabajo en ese territorio y en las regiones circundantes.
“La riqueza y variedad de estas prácticas en el estado nos da la oportunidad de encontrarnos, de reinterpretar muchas de estas cuestiones, de analizar los hallazgos y, al mismo tiempo, proponer nuevas formas de abordarlos con los aportes de la tecnología”.
El especialista participó con dos conferencias sobre un par de investigaciones que están en curso, una de ellas se realiza en colaboración con los arqueólogos Mijaely Castañón, Alejandro Herrera Valdés y Carlos Karam, del Centro INAH Michoacán, sobre el Entierro 1 de Tingambato, compuesto por tres tumbas que datan de 600 a 700 d.C., que cuenta con una gran riqueza en ofrendas, las cuales están de nuevo en análisis.
La segunda ponencia aborda la reconstrucción tridimensional de objetos que se encontraron dentro de urnas localizadas durante los trabajos de salvamento arqueológico en lo que será la presa de riego “Chigüero”, al norte de la población de Huetamo, en la tierra caliente michoacana, en la cuenca del río Balsas.
Se trata de 42 urnas cinerarias que contienen restos de cremaciones, halladas en una excavación pequeña de apenas unos 30 metros cuadrados, que fueron estudiadas a través de microtomografías axiales computarizadas, que permitieron hacer el registro detallado del interior de cada una de ellas antes de excavarlas.
Mediante esta herramienta se pudo identificar todos y cada uno de los huesos que se encuentran dentro de las urnas, además de ubicarlos exactamente en su morfología y en su posición en tercera dimensión.
“Es un nivel de detalle e información increíble que hemos logrado entre los investigadores del INAH, así como de Alfonso Gastélum del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (Ccadet) de la UNAM, e Ingris Peláez Ballestas del Hospital General de México, Doctor Eduardo Liceaga, con quienes se desarrolló el software y los algoritmos para este caso específico”, comentó sobre la investigación que expuso en el coloquio.
José Luis Punzo detalló que dentro de las urnas funerarias, que datan de 1200 d.C., había una gran cantidad de objetos metálicos que se colocaron como ofrendas, principalmente cascabeles y aros de cobre y estaño, de los que se hacen impresiones en 3D para poder estudiarlos a detalle.
En el encuentro participan ponentes de instituciones nacionales e internacionales, como el INAH, El Colegio de Michoacán, las universidades Nacional Autónoma de México, la Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y de San Luis Potosí, la Sorbona de París (Francia), la de Évora (Portugal), la de Valencia (España), la de Washington y Michigan (Estados Unidos).
El coloquio está dividido en las mesas de trabajo: Prácticas funerarias y cambio social; Conservación y tecnología aplicada de los estudios funerarios; Lo que las nuevas generaciones observan: sus aportes a la arqueología michoacana; Sistemas funerarios en Michoacán; Colecciones, registros y sitios: nuevas reinterpretaciones; Las áreas vecinas: el Bajío; y El Septentrión I y II.
Se cuenta con la intervención de decanos de la investigación arqueológica en Michoacán, como la arqueóloga Helen Pollard, de la Universidad Estatal de Michigan, quien ha realizado un trabajo enorme en la Cuenca del Lago de Pátzcuaro. También participan miembros del equipo francés del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (Cemca): Gregory Pereira, Véronique Darras, Brigitte Faugére, entre otros, que han investigado la región desde la década de los años ochenta.
Punzo expuso que ésta es una excelente oportunidad para los jóvenes investigadores michoacanos de poder dialogar con estos destacados y experimentados personajes de la arqueología.
El arqueólogo del Centro INAH Michoacán informó que una vez concluido el coloquio, las ponencias serán compiladas en un libro a editarse el próximo año.
El coloquio concluye este 4 de noviembre en el Centro INAH Michoacán, ubicado en Antiguo Palacio Federal, avenida Francisco I. Madero Oriente número 369, Centro Histórico de la ciudad de Morelia, Michoacán.
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