Por: Redacción

Un festejo a la vida son las cuatro esculturas de gran formato que presentan Marisa Lara y Arturo Guerrero, de Siameses Company, en la Plaza Tlaxcoaque, a fin de envolver a la gente en un abrazo de arte contemporáneo.

Estas obras, englobadas en lo que sus creadores llaman La siempreviva vive, forman parte de un proyecto que arrancó en 2010, tras la epidemia de influenza en la que, para evitar contagios, se pidió a la gente que no se tocara, abrazara ni besara.

“Nosotros pensamos que eso era muy doloroso y quisimos exorcizar ese dolor creando piezas para abrazarse, creando piezas para que la gente se sienta parte de la experiencia de entrar al arte contemporáneo, creando piezas amables en el sentido de que el color te envuelva, de que te sientas por un momento consentido, querido, abrazado”, señaló Marisa Lara.

En entrevista con el Conaculta, tras la develación de estas esculturas, la artista destacó que “el arte puede tener esa mágica lectura en una sociedad que por momentos es muy hostil y en una ciudad que es muy dura, pensamos que la ciudad, el país y el mundo entero necesitan abrazos y como artistas lo que podemos hacer es darles un gran abrazo con nuestro arte”.

Luego de cinco años de trabajo, las esculturas fueron presentadas al público: Lola, inspirada en los perros, Reflexión de los conejos formada con dichos animales vestidos de etiqueta con chaleco y tenis, La glorieta de los abrazos que invita a un fraternal abrazo de energía compartida y Paragüeros, un paraguas colectivo como la propia ciudad que cobija a su gente con protección y seguridad.

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Las obras, hechas en acero, están caracterizadas por un manejo extraordinario de un gran colorido, pues como señaló Arturo Guerrero, el color siempre está presente en sus piezas para enlazar la llamada alta cultura y la cultura popular.

Y es que, dijo, el color es elemento de vida, “es para nosotros elemento de expresión muy intenso, queríamos sembrar un conjunto de esculturas como una especie de jardín pictórico y que fuese, desde cualquier punto de vista, un elemento de atracción visual, también están los cuatro puntos cardinales que aluden a la misma ciudad”.

Por su parte, Marisa Lara celebró que La siempreviva vive haya podido instalarse para el disfrute de todos en un lugar clave de la ciudad como la Plaza Tlaxcoaque, zona que por mucho tiempo estuvo olvidada y que fue testigo de muchas muertes ocasionadas por el terremoto de 1985 y sede de oscuros separos policiacos.

Era un lugar, precisó la artista, “donde nadie esperaba que floreciera el arte, ahora brotan flores de arte y humanismo, hechas para la gente, para que no entren pagando a un museo, que se topen con el arte contemporáneo en la calle”.

En este sentido, Arturo Guerrero indicó que estas cuatro esculturas son una suerte de ágoras culturales, para que la gente vaya y las disfrute, pues no son para verlas de lejos, ya que todos pueden sentarse en ellas y tomarse fotografías.

El objetivo de los artistas, creadores de Siameses Company y que para este proyecto contaron con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y la Secretaría de Cultura del DF, es que el arte público florezca en las calles e invite a la reflexión, al humanismo, a la sensación de comunidad y se integre a la vida cultural de la ciudad.