Por: Redacción
El artista plástico Manuel Felguérez recibió la Medalla Bellas Artes en reconocimiento a más de 70 años de trayectoria artística, con un agradecimiento al público, al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y a la llamada generación de la Ruptura, de la cual es miembro.
“No pensábamos romper con nada, buscábamos lo mismo, hacer una obra que ya no tuviera que ver con la época del nacionalismo, no porque fuera buena o mala, sino simplemente porque ya no nos interesaba. Era una generación tremendamente interdisciplinaria (…) Agradezco que uno es parte de un movimiento en el que está toda la cultura general”, dijo el creador originario de Valparaíso, Zacatecas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Felguérez estuvo acompañado del escritor Juan Villoro y el politólogo y ensayista Luis Ignacio Sáinz, en una mesa moderada por la coordinadora nacional de Artes Visuales del INBA, Magdalena Zavala, además de contar con la presencia de la directora general del INBA, María Cristina García Cepeda.
En representación de la Secretaría de Cultura y el INBA, María Cristina García Cepeda comentó que Manuel Felguérez es un creador respetado por su inagotable pasión por el trabajo y su actitud abierta a nuevas posibilidades conceptuales.
“Nos asombra la contundencia y vigencia de tu propuesta estética. Has sido la voz que orienta el camino de varias generaciones. Es un ejemplo de que el arte es en esencia entrega y generosidad”.
Con 87 años de edad, Manuel Felguérez ha realizado un intenso trabajo con importantes aportaciones al arte mexicano. Es considerado pionero del arte abstracto en nuestro país, desde la pintura y la escultura, aunque también es taxidermista, antropólogo, artesano, investigador, maestro e incansable viajero.
Luego de la proyección de un video alusivo a su labor artística, el escritor Luis Ignacio Sáinz destacó que estamos en presencia de alguien atemporal por su vitalidad, su frescura y la contundencia de su fábrica.
“Fiel a sus voces profundas, Felguérez no ha dejado de cambiar, de imponer sus personales rupturas estilísticas para mantener su reconocido modo de ser en el mundo y de predicarlo. No importa la fecha de la obra que observemos, siempre sabremos que es de su autoría. A eso le denomino rigor y consistencia. Sin repetirse, renunciando a convertir sus hallazgos en fórmulas, por ahí asoman sus señas de identidad, las huellas de su pasión por convidarnos las constelaciones de su insaciable percepción”.
“Manuel Felguérez es un hombre sabio que ha sabido reinventarse en cada una de sus instancias, pocos artistas han sido tan versátiles y tan completos como él”, aseguró por su parte Juan Villoro.
A partir del primer contacto que tuvo con su obra desde su infancia, el autor de Conferencia sobre la lluvia consideró que sólo viendo sus cuadros podemos entender la dimensión estética de un crepúsculo, la dimensión plástica de la naturaleza.
“Sus obras impresionan en primera instancia por su capacidad de darle nuevo uso a los desechos industriales. Hubo una época en que se caracterizó por hacer un acopio de desperdicios de la era industrial para reintegrarlos en biombos, celosías y esculturas”.
En ese sentido, explicó que estamos ante el mayor escultor de mano abierta y mano cerrada, pues sus piezas combinan los grandes volúmenes y al mismo tiempo tienen oquedades para ver el paisaje.
En la capital de Zacatecas fundó el único museo en América Latina que dedica su espacio a la corriente abstracta: el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, el cual además de reunir la obra del artista cuenta con un importante acervo de sus contemporáneos.
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