Por: Redacción/
El director de orquesta Enrique Barrios realiza la grabación de una colección de música orquestal en la que han participado la Filarmónica Iberoamericana, la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Orquesta Eduardo Mata de la UNAM y ensambles especiales.
“Estoy haciendo grabaciones de la música orquestal de Arturo Márquez, el gran compositor mexicano. Ya llevamos cinco CD´s, el primero fueron los ocho danzones, otro fueron las obras que siguieron a los danzones en el siglo XXI, los conciertos para solistas y ahora estamos haciendo una colección de obras para pequeña orquesta, orquesta de 18 elementos con obras tan poco conocidas como Hoy no circula, Fuga en clave y otras que esperamos se hagan más y más conocidas”. Espera que en 2018 se publique la colección completa de estas grabaciones.
Como un mantra en meditación, así define este director de orquesta el aporte de la música en su vida. “Me da la mayor de las satisfacciones, me da introspección, me da la posibilidad de tener una actividad en la que se combinan mi mente, mi espíritu, mi alma y mi cuerpo, así que me parece maravillosa mi profesión y al estar dirigiendo obras que uno domina, es como volar, yo veo a las aves volar y así me siento cuando estoy dirigiendo una gran obra que domino con los resultados que yo quiero.
Otras veces me doy cuenta que la música es una especie de meditación, en la meditación se trata de detener los pensamientos, por medio de un mantra; pues muchas veces cuando estoy dirigiendo, veo que está fluyendo la música pero no estoy pensando en nada, en algún lugar mi memoria la va sacando y ya no estoy pensando en nada y es cuando uno realmente se soltó”.
Enrique Barrios (Ciudad de México, 18 de agosto de 1955), comenzó estudios de música a los cinco años, en su familia todos sabían tocar algún instrumento, su madre el piano, y su padre, “como buen yucateco” –relata– cantaba y tocaba guitarra, “así fue como comenzó mi vida musical, fui el menor de seis hijos y todos los demás ya tocaban algún instrumento, entonces se puede decir que yo ya estaba escuchando música desde el vientre de mi madre”.
A lo largo de su formación musical, Barrios estudió piano, flauta, trompeta, violoncelo, composición y dirección de orquesta. Desde los primeros momentos como ejecutante se dio cuenta de su vocación por la dirección de orquesta, “siempre me llamó la atención porque me interesaban las partituras, leer las partituras y entenderlas, desde que empecé a tocar en orquestas… me intrigaba saber todo lo de la partitura, yo quería saber todo lo que estaba pasando en la orquesta y no nada más mi parte y ahí fue donde me di cuenta que para entender eso había que estudiar composición y de ahí, mi interés por las partituras me llevó inmediatamente a la dirección de orquesta. “El poder leer y entender las obras de genios como Beethoven, Mozart, Tchaikovsky, Mahler, Stravinsky es un privilegio, así que eso es lo que me atraía”.
Enrique Barrios ha dirigido orquestas y ópera en más de 20 países, ha estado al frente de la Orquesta Filarmónica Checa, la Sinfónica de Berlín y la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse. Ha sido director artístico de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, la Filarmónica de la Ciudad de México, la Sinfónica de Aguascalientes, la Orquesta del Teatro de Bellas Artes y la Orquesta Juvenil Carlos Chávez; director asociado de la Orquesta Filarmónica de la UNAM y la Sinfónica de San Antonio Texas, Estados Unidos.
Ha sido también director de la Ópera de Bellas Artes y director huésped de la Ópera Estatal de Praga, Estatal de Hungría, Estatal de Moscú y de la Ópera de Irlanda del Norte. Al frente de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México encabezó la interpretación de las 15 sinfonías de Shostakovitch y las nueve de Mahler.
Enrique narró que la experiencia de dirigir una sinfónica o una ópera es completamente distinta. “Son ámbitos diferentes, porque el dirigir ópera o ballet termina siendo diferente que dirigir música de cámara, barroca o una sinfónica con repertorio romántico, pero lo que cambia mucho, para empezar es que la orquesta está en el foso en la ópera, está uno acompañando cantantes, hay actuación, hay escenografía, hay maquillaje, hay iluminación y duran tres horas o hasta más; entonces sí es diferente cómo estudiar las partituras, cómo aprenderlas, cómo ensayarlas y cómo presentarlas. Es una especialidad, desde luego que hay que mover la batuta y darles indicaciones a los músicos pero hay cosas muy específicas de la ópera que solamente se pueden aprender ahí adentro”.
El director ha sido distinguido, entre otros reconocimientos, con el Hispanic Artist Fellowship en Estados Unidos, la Medalla Miguel Bernal Jiménez y el reconocimiento de la Sociedad Gustav Mahler.
Entrevistado al término del ensayo con la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, ahora como director huésped, Enrique Barrios, expuso que lo fundamental al dirigir a un grupo de músicos es el conocimiento no únicamente de la partitura a interpretar, sino del autor. “El director de orquesta tiene que ser el abogado del compositor en el buen sentido, tiene que ser el abogado en cuanto a defender sus sentimientos, defender la motivación que tuvo para dar la obra y en la otra parte en la que uno tiene que ser el abogado del compositor es en que se toque bien, como está escrita la obra.
Destacó que también el contexto en que se escribe una pieza es esencial “eso es importantísimo, no sustituye el conocimiento de las notas y de las armonías y de la partitura, pero es un complemento, es algo que uno tiene que saber para conocer qué mensaje está transmitiendo, qué sentimientos, qué emociones, qué ambientes; entonces sí es muy importante empaparse de la época del compositor, de su motivación para escribir la obra”.
Barrios ha sido profesor en el Conservatorio Nacional de Música y en la Escuela Vida y Movimiento, en la formación de nuevos directores de orquesta tiene claro lo que necesita transmitir. “Hay que comunicarles el interés de profundizar en las partituras y de no nada más dar la impresión de que conocen el tema. Hay que enseñarles a que son responsables del tiempo de otras personas, de muchas personas que viajaron a veces una hora o dos horas para llegar al lugar y que conocen muy bien su instrumento y que uno es el responsable del tiempo de ellos y tienen que aprovecharlo de la mejor manera; que ningún director crea que puede llegar a leer una partitura a un ensayo o improvisando y tomar decisiones ahí, es un líder y ningún líder puede darse ese lujo”.
Enrique Barrios planea nuevamente ser titular de una orquesta. “Estoy ahora como huésped, fui muchísimos años director de una sola orquesta, me he tomado unos años para nada más estar de huésped pero ya estoy listo para ser titular en alguna orquesta porque también es un trabajo que me encanta”.
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