Por: Redacción/
Como parte de una magna celebración de Día de Muertos, el Centro Nacional de las Artes (Cenart) proyectó este sábado 4 de noviembre en las Áreas Verdes, la icónica película muda Nosferatu, musicalizada en vivo, con la participación de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, el acordeonista Iñaki Alberdi y el Coro femenino del Sistema Nacional de Fomento Musical, bajo la dirección de José María Sánchez-Verdú.
Con esta función especial, el Cenart se sumó a las ciudades que han disfrutado de esta actividad desde que la cinta restaurada fue estrenada en 2003, como Montevideo, Buenos Aires, Salzburgo, Berlín, Potsdam, Wuppertal, Oviedo, Madrid, Santiago de Compostela, Gante y Bruselas.
Nosferatu (1922), del director Friedrich Wilhelm Murnau, es considerado un clásico del cine de terror. Cuenta la historia de Hutter, un vendedor de bienes raíces que va en viaje de negocios al castillo del Conde de Orlok, quien firma los papeles de su nueva residencia en Wisborg, ubicada frente a la casa de Hutter y su esposa Ellen. Mientras Hutter atraviesa los Cárpatos, su esposa tiene un terrible presentimiento.
En 2003, el español José María Sánchez-Verdú compuso la música para el filme Nosferatu. Eine Symphonie des Grauens, de F. W. Murnau, utilizando como base la versión restaurada de la película que había realizado poco antes Luciano Berriatúa. De la música original que Hans Erdmann compuso para esta cinta, sólo se han conservado unos 20 minutos.
El compositor ha detallado en su momento: “Pese a las varias reconstrucciones que se habían hecho hasta entonces de la música original –y que se siguen haciendo–, creí muy interesante componer una nueva banda sonora para orquesta y coro de mujeres que se adaptara a toda la dramaturgia del filme en sus 92 minutos.
Algunas de las restauraciones de la música original realizadas, partiendo de la base de que esta música se hacía en vivo y a veces con piezas de moda distintas usadas para acompañar la cinta, pierden su fuerza al reiterar continuamente materiales musicales (los de Erdmann) en situaciones dramáticas que a lo largo de la película evolucionan radicalmente. Esa falta de evolución dramática de la música y contraria a la película de Murnau me parecía un gran problema”.
Por ello, la música que compuso José María Sánchez-Verdú para Nosferatu se desarrolla paralelamente a la dramaturgia del filme y, además, en numerosos momentos funciona como un estrato superior creado sobre elementos melódicos y armónicos de los fragmentos de música de Erdmann, conservados a modo de un palimpsesto.
“Así, la casi perdida música original perdura como a través de un velo en una música que pretende destacar sobre todo el dramatismo psicológico de los personajes sin restar en ningún momento protagonismo e intensidad a esta obra maestra de F. W. Murnau. Por otro lado, toda la música va unida como un guante a una mano en relación con todas las secuencias de la película; incluso los diferentes tintados del filme tienen su plasmación en la música, ateniéndome a un desarrollo muy grande de la sinestesia. Los tintados del negativo van unidos íntimamente con las notas musicales, las texturas y sus timbres”, expuso el músico.
El propósito de Sánchez-Verdú fue trazar imágenes sonoras para imágenes visuales en movimiento creadas por Murnau, sabiendo que él, a su vez, se inspiró y recreó en imágenes plásticas de obras de pintores románticos alemanes como Tischbein, Carus, Von Schwind o Friedrich.
La realización de este concierto contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura, a través del Sistema Nacional de Fomento Musical, el Goethe-Institut en México, así como del Centro Cultural España.
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