Por: Redacción
Desde hace cuatro años, más de 10 mil niños y jóvenes de México han cambiado su mirada mientras tocan y cantan, porque hicieron de la música el vehículo ideal para trazar nuevos horizontes y un puente hacia un futuro diferente. El cambio en su vida fue impulsado por el Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM), a través de un conjunto de acciones que, a la fecha, propician el trabajo comunitario, el sentido de pertenencia y la práctica musical en zonas de alta vulnerabilidad, además de generar espacios de desarrollo artístico de alto rendimiento así como mediante la creación de plataformas musicales multiculturales.
Que hoy se diga que cientos de chicos ven en la práctica musical una opción de desarrollo y progreso a nivel personal, no es un argumento fácil, porque más allá de las estadísticas, los logros obtenidos en este periodo por el SNFM se ven materializados en proyectos de largo aliento sustentados en un programa académico socio formativo, expresó Eduardo García Barrios, titular de esta instancia de la Secretaría de Cultura.
“Hasta hoy, son más de 10 mil niños y jóvenes los beneficiados, debemos subrayar que éstos se encuentran involucrados en los proyectos que derivan de nuestras dos vertientes de trabajo: el modelo de educación musical comunitaria que sustenta el devenir de las 112 agrupaciones musicales comunitarias distribuidas en 60 ciudades de la República Mexicana y el de la Licenciatura Instrumentista, plan académico de alto rendimiento intrínseco a las actividades artístico-académicas de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, que actualmente reporta 130 alumnos matriculados, y hasta agosto de 2016 las estadísticas revelan que hay 28 egresados, de los cuales; 15 ya están titulados”.
Sin duda, el modelo de educación musical comunitaria y el programa de estudios de la Licenciatura Instrumentista son la columna vertebral de los resultados obtenidos en estos cuatro años de gestión, que han culminado en magnos conciertos que reunieron a niños de diversas partes del país: Música en Armonía I, en noviembre de 2013 con la participación de 500 menores de 18 años de edad y Música en Armonía II en diciembre de 2015, que reunió a 338 niños de todo el país, y alrededor de 500 presentaciones anuales en formatos de cámara, sinfónicos e inmersivos; dentro del Ciclo Vive la Música se han efectuado 18 conciertos, donde el público se acerca a la música de una forma netamente participativa.
El Homenaje a Gloria Contreras en 2014, la participación de la Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECCh) en el Proyecto Chaplin que se presentó en el Festival del Centro Histórico en 2015, el montaje escénico vocal de La Pasión según San Juan en octubre de ese mismo año, la reposición de la ópera en un acto Yo, Mozart ¿Quién mató a quién? en este 2016, además de las celebración de los 25 años de la OECCh en 2015 y los 15 de la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM) en el verano pasado, también son una muestra del trabajo artístico consolidado en la institución.
Eduardo García Barrios detalló que el SNFM también se ha enfocado en la creación de plataformas multiculturales que motiven el intercambio musical con naciones hispanohablantes con el fin de estrechar lazos en el continente y los países iberoamericanos. “La participación activa dentro del Programa Iberorquestas adscrito a la Secretaría General Iberoamericana (Segib) ha rendido frutos en los recientes cuatro años, no sólo porque se logró obtener la reelección en la presidencia de dicho programa de cooperación multilateral (2013), sino también porque permitió la realización de diversos proyectos académicos y artísticos, entre los que destaca la creación del Ensamble Binacional Maya-Chuj, primera agrupación musical comunitaria que involucra a dos naciones (México y Guatemala), y que también fue desarrollado bajo el modelo de educación musical comunitaria”.
Hacer de la práctica musical un agente de cambio en zonas vulnerables
A lo largo de estos cuatro años, el también director musical, ha destacado en diversas oportunidades que erradicar la violencia mediante la práctica musical es una meta compleja de cristalizar, ya que es preciso hacer un diagnóstico de cada comunidad, dado que el contexto particular que vive cada comunidad es distinto y por ende, no se replica como si fuera papel calca.
“Repetidamente he dicho que dudo que con música, con la creación de orquestas, la violencia en el país vaya a parar, sin embargo, he constatado que a través de la práctica musical sí se pueden crear ambientes, atmósferas que propicien ciertos cambios en la conducta y visión de muchos chicos, que por cuestiones geográficas, económicas y de hábito, no han disfrutado de los bienes culturales a los que tienen derecho. Ese derecho es el que defendemos en el SNFM, con la creación de proyectos como el Movimiento Nacional de Agrupaciones Musicales Comunitarias y Voces en Movimiento”, dijo.
“Que un niño de Tingambato, Michoacán, o que una niña del Internado Palmira de Morelos, exprese por escrito o de viva voz que le gusta cantar o tocar en una agrupación musical porque se siente parte de un grupo y porque asistir a los ensayos representa aprender algo nuevo que en un futuro le pueda servir es invaluable, y es un indicador que el ambiente que se establece dentro de la práctica musical es favorable para que estos chicos que viven dentro de un entorno complejo quieran ocupar su tiempo libre en esta disciplina artística”.
En este sentido, refirió que actualmente el Movimiento Nacional de Agrupaciones Musicales Comunitarias −que inició con sólo ocho agrupaciones, poco a poco sumó más 100 en su lanzamiento (realizado en noviembre de 2013), hoy día tiene 111 agrupaciones musicales comunitarias: 31 orquestas, 31 coros comunitarios, ocho coros en movimiento, 27 bandas, 15 ensambles distribuidas en 60 ciudades en 21 estados de la República Mexica.
Dentro de esta línea de acción, el titular del SNFM, destacó el inicio de los trabajos en mayo de 2014, de 13 agrupaciones musicales comunitarias en zonas vulnerables de Michoacán (Apatzingán Jacona, Lázaro Cárdenas, Nueva Italia, Pátzcuaro, Tepalcatepec, Tingambato, Yurécuaro, Nurío y Morelia), como parte del Plan de Acción Cultural homónimo, puesto en marcha por el secretario de cultura, Rafael Tovar y de Teresa.
“Este logro se materializó gracias al trabajo conjunto entre los tres órdenes de gobierno (local, estatal y federal), así como el de la coordinación académica del SNFM con los gestores culturales, docentes, niños, padres de familia de la entidad y asociaciones civiles”, señaló.
En este 2016 se logró concretar también la iniciativa Voces en Movimiento, la cual combina el lenguaje coral con el corporal, y hoy día está integrado por 33 coros en movimiento y 18 coros de voces, talento distribuido en 46 municipios de los 32 estados de la República Mexicana; es operado de manera conjunta por la Dirección General de Culturas Populares, la Dirección General de Vinculación Cultural, y el Sistema Nacional de Fomento Musical, instancias de la Secretaría de Cultura.
El titular del SNFM recalcó que todo este engranaje pedagógico y musical, requiere de un programa de capacitación continuo, que permita facultar y documentar a los maestros de métodos de enseñanza ideales para cada una de sus agrupaciones. “Con el apoyo del programa Iberorquestas juveniles hemos gestionado la realización de talleres de dirección orquestal efectuados en León, Guanajuato; Reynosa, Tamaulipas y Tepoztlán. Morelos, así como de especialización instrumental en Tijuana, Baja California; León, Guanajuato y Tepoztlán, Morelos”.
Asimismo, precisó que en 2014 se llevó a cabo el Primer Encuentro de Capacitación para directores de agrupaciones comunitarias, en Amealco, Querétaro, y otro más en Oaxaca.
“Más allá de los ajustes presupuestales, se ha continuado con este Programa de Capacitación Continua, que ha permitido maestros de Nurío, Michoacán, Chetumal, Quintana Roo, Ciudad Juárez, Chihuahua; Colima, Chiapas; Tijuana y Mexicali, Baja California, entre otros más, intercambiaran métodos de enseñanza, homologarán repertorios y vislumbraran acciones de conectividad, que hoy en día se han materializado en encuentros entre el Sistema Sonemos y el Sistema de Texcoco, que han realizado dos presentaciones, en torno a la equidad de género”.
Los grupos artísticos: semillero de detección y formación de nuevos talentos
Que hoy día el SNFM cuente con dos proyectos artísticos con trayectorias de más de una década por supuesto que es para resaltar, ya que la continuidad implica un reto ante el cual no se debe claudicar, “reinventar los preceptos originales para después consolidar o robustecer un proyecto, implica trabajo académico y de gestión conjunta donde el cuerpo docente, instancias participantes y la planeación son fundamentales; tal es el caso de la Orquesta Escuela Carlos Chávez que en 2015 celebró 25 años de su fundación y los 15 años de la Orquesta Sinfónica Infantil de México cumplidos en verano pasado”.
Dentro del programa artístico académico que envuelve a la Orquesta Escuela Carlos Chávez se desprenden 13 ensambles y diversos grupos de cámara que además de permitir un desarrollo integral de los jóvenes instrumentistas también ofrecen al público una versatilidad de repertorios enfocados en instrumentos de cuerdas, maderas, metales, arpas, violonchelos, pianos y percusiones.
Eduardo García Barrios realzó el ámbito coral que se desarrolla dentro del SNFM como el nuevo perfil que ha mostrado el Ensamble Escénico Vocal, el cual en fechas recientes ha montado un repertorio barroco, con la dirección de Horacio Franco, que ha derivado en presentaciones corales en festivales de música barroca y en montajes escénicos como La Pasión según San Juan. En tanto, el Coro Sinfónico, el Octeto del Coro Sinfónico, y Coro Infantil de la República (grupo de selección para menores de 18 años) fortalecen el movimiento coral del país y contribuyen a la detección de voces en todo el país.
La Licenciatura Instrumentista: un proyecto educativo de alto rendimiento alternativo
Formar músicos instrumentistas especializados para el trabajo orquestal con visión social es el objetivo de este programa académico intrínseco a la Orquesta Escuela Carlos Chávez, donde el trabajo permanente de las academias ha sido fundamental para fortalecer las 15 especialidades que se imparten: violín, viola, violonchelo, contrabajo, flauta, clarinete, oboe, fagot, corno, trompeta, trombón, tuba, arpa, piano y percusión.
Este programa ciento por ciento práctico permite que los instrumentistas desde el primer día de clases se desarrollen profesionalmente dentro de una orquesta (OECCh), la cual constituye un laboratorio ideal para perfeccionar y materializar los objetivos del plan académico alternativo que se enfoca en el desarrollo de las habilidades y destrezas físicas e intelectuales de los alumnos. A la fecha, han egresado 28 instrumentistas de los cuales 15 ya están titulados.
Como se puede percibir, el espíritu de la música, dentro y fuera de los salones donde se imparten clases, desprende una atmósfera solidaria que ha permitido que miles de chicos en el país, abran su mirada y descubran nuevos horizontes para su futuro, porque no hay que olvidar −sobre todo en el caso de las agrupaciones musicales comunitarias− que el trabajo en equipo se suscita de manera lúdica, propicia una convivencia fraterna que diluye por momentos la desigualdad emocional, económica y social que otorga seguridad a los chicos y que involucra a sus padres en este entorno, donde ven que sus hijos ríen, aprenden y se divierten, concluyó Eduardo García Barrios.
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