Por: Redacción

“Cualquiera que se acerque con un espíritu abierto a las páginas de , la novela más hermosa del mundo, se va a convertir en un extraordinario lector, eso es lo que hace Cervantes con nosotros, nos transforma. No sé si nos hace mejores personas, pero sí mejores lectores”. Así lo afirmó el poeta David Huerta, quien junto al artista plástico e ilustrador Mauricio Gómez Morín, ofreció la conferencia , en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes Como parte de la celebración del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.

Ambos creadores compartieron con el público aspectos relacionados con la iconografía quijotesca y datos relacionados con la vida de Miguel de Cervantes Saavedra.

“Cervantes trató de escribir teatro, pero ahí estaba Lope de Vega, no podía competir contra él. Trató de cultivar la novela pastoril que estaba muy en boga en aquellos años, pero la competencia era fuerte, intentó escribir poesía, pero había jóvenes que escribían con enorme brío, como Luis de Góngora, entonces era un soldado que se vanagloriaba de su participación en la batalla naval de Lepanto, un escritor que había fracasado en el teatro, en la poesía y en la novela pastoril”.

El ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes consideró que estos hechos provocaron que sus contemporáneos lo vieran con cierto desprecio, de modo que cuando en 1605 salió la primera parte de , todos los escritores que lo habían menospreciado se desconcertaron, el primero fue Lope de Vega, quien llegó a decir que esta obra “terminaría en los basurales”.

En cuanto a las ilustraciones del libro más editado en la historia a la par que La Biblia, el ilustrador Mauricio Gómez comentó que fue en 1620 en Londres que salió la primera imagen visual de los personajes de , consideradas en su momento como un parteaguas.

“Tiene una narrativa que proyecta imágenes constantes de los personajes, la naturaleza y es casi cinematográfica. Es esta naturaleza visual la que provoca esta ansia por ilustrarla”.

El embajador de la FILIJ 2016 señaló que a diferencia de otros libros ilustrados que podrían condicionar la mirada de los lectores, en el caso de hay una hermandad entre las palabras y la imagen, pues Cervantes es muy descriptivo.

Aseguró que fue en 1648 cuando llegó la primera edición ilustrada a Frankfurt, Alemania, con sólo cuatro imágenes que inauguraron una tradición en ediciones posteriores: la de trabajar escenas emblemáticas, como cuando “el caballero de la triste figura” confunde los molinos de viento con los gigantes.

Una edición de 1650, en París, creó una escuela para el trabajo de las ilustraciones de lo que provocó que prácticamente ninguna publicación se quedara sin ilustración.

Esta actividad formó parte de la programación por el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor en el Palacio de Bellas Artes, que incluyó música, lecturas en voz alta, encuentros de lectores y talleres relacionados con las figuras de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, a 400 años de sus muertes; Juan Rulfo, en su 30 aniversario luctuoso, y a Elena Garro, en el centenario de su nacimiento.

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