Por: Redacción
En el preámbulo de su cumpleaños 86, la periodista y escritora María Luisa La China Mendoza (Guanajuato, 17 de mayo, 1930) se define como un arcoiris o una aurora boreal plagada de estrellas, de colores e insólita.
Amante de la literatura, el periodismo y la política, La China, quien recibió ese apodo de su padre cuando niña por sus inconfundibles caireles, se reafirmó como periodista de tiempo completo y dijo no celebrar su cumpleaños, pues al contrario “debería llorar por cumplir tantos”.
“De mi periodismo vengo y a mi periodismo voy. En mi periodismo he recibido mucha atención, muchos honores, muchos viajes, me he casado en el periodismo, me he curado, me he operado, todo, es mi vida. En la literatura, en cambio, me encontré en un principio con las puertas abiertas, nunca tuve ningún problema con los editores, inmediatamente lo aceptaban, pero recibí una especie de rechazo de los pseudo intelectuales, como yo les llamó, lo que empezó cuando me negaron el Premio Xavier Villaurrutia”, recordó quien obtuviera el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero 2001.
La coordinadora general del Bosque de Chapultepec de 1989 a 1999 mencionó haber obtenido todos los premios de México, menos el Villaurrutia, y que si un día le fuera otorgado no lo aceptaría “por dignidad”, y dijo estar escribiendo un libro de memorias.
“Tengo algunos seguidores, bueno uno que todo el día me muele, ‘escribe tus memorias, no lo dejes de hacer’, a lo que digo que sí, y no por mí, sino por todos los personajes que he conocido en la vida, todos los escritores, actores, de cuando cubrí el teatro, etcétera.
“Dos de los testigos de mi boda fueron Premio Nobel, Gabriel García Márquez y Octavio Paz, no cabe duda que he hecho una carrera dentro de la literatura, ¿por qué me ningunearon tanto? ¿Por qué me borran? Esto es casi una neurosis de mi parte, pero tengo casi todo el derecho del mundo a mi edad”.
Autora de María Luisa Mendoza. De cuerpo entero: Menguas y contrafuertes, Tris de sol (Carmen Serdán), El perro de la escribana, Fuimos es mucha gente, De amor y lujo, entre otros, señaló que a su edad le han quedado muchos pendientes, entre ellos escribir sobre muchos personajes con voz fuerte, “como la que yo tengo, con mucho desplante, y mucha actitud de resolución”.
Sobre su personalidad, confesó tener actitudes impositivas. “la gente puede decir que la parte masculina de La China sí es muy acusada, pero es solamente para ganarme la vida; si no hubiera tenido esta actitud, si no entramos antes que nadie y levantamos la voz, no podemos hacer una carrera en el periodismo, y eso les molesta a los altos varones”.
La escritora, quien fuera diputada federal en la LIII Legislatura, dijo ser una persona solitaria. “A mí no me hace falta nadie te lo juro, bueno sí soy una mujer que nació para hacer pareja, a mí me gusta mucho el matrimonio, me casé casi tres veces. He sido muy feliz, pero ahora me tocó estar sola, son los últimos años de mi vida, que me dé por bien servida”, reflexionó.
Al cuestionarle sobre cómo ha sido su vida, respondió que primero se tuvo que asumir como un ser solitario que no quería que le dijeran el resultado de la suma, sino que le enseñaran a hacerlas.
“Eso es lo que quiero en mi vida, entenderla, aunque me salga muy mal; me psicoanalicé, sé porque he fracasado en muchos campos de mi vida, pero es por mi gravísima culpa, decimos los católicos, quizá si hubiera sido más valiente, enfrentado la desgracia que me comparen con gente menor. Así me invento, asumiendo mi soledad, soy sola y lo aguanto muy bien”.
Sobre su periodismo, compartió abordar todos sus temas, le gusta la política, lo que heredó de su padre. “En mi columna en Excélsior trato mucho de política, de animales, soy amante desaforada de los animales”.
A lo largo de la charla, la destacada escritora hizo varias menciones sobre la muerte. “Ustedes han de pensar que pienso ya en la muerte, no. Los que nacimos en Guanajuato hablamos mucho de la muerte, nuestras muñecas eran las momias, cómo no va a ser familiar para nosotros la muerte. Todos nuestros tíos se morían a la menor provocación”.
Contrario a su costumbre, María Luisa La China Mendoza no lee lo que quisiera, por lo cual no ha leído a las nuevas generaciones de escritores. “Por la pérdida de la salud perdí el tiempo de mi literatura, el periodismo que también es muy bueno en mí. Con el tiempo vamos adquiriendo dedos, cada vez escribimos mejor, aprensamos mejor la idea, pero esto no es más que la experiencia. Veo al oculista, al dentista, al cardiólogo, me quitaron el cigarro, veo al gastroenterólogo, al ortopedista. ¿A qué hora escribo la guerra y la paz?”
¿Si tuviera que elegir uno de sus viajes cuál sería? Polonia, sin dudarlo, respondió. “Estaba helada, llena de nieve. Me gustó la calidez de los polacos, sinvergüenzas, borrachos, como nosotros”.
La China Mendoza inició su carrera periodística en El Zócalo, colaboró y participó en la fundación del periódico El Día y su memorable página cultural El Gallo Ilustrado. Escribió, entre otras publicaciones, para El Universal, Buen Hogar, Cosmopolitan y Vanidades. A su profesión, dijo, le debió conocer el mundo.
El día de su cumpleaños, 17 de mayo, la guanajuatense asistirá a un homenaje que le rendirá el Instituto Politécnico Nacional, con la participación de Óscar de la Borbolla, Ignacio Trejo, Eve Gil y René Avilés Fabila, en el Auditorio del edificio Adolfo Ruiz Cortines, ubicado en avenida Wilfrido Massieu s/n, esquina Luis Enrique Erro, a las 13:00 horas.
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