Por: Redacción/

Los acervos que se resguardan en museos extranjeros, como el Louvre, en Francia, y El Prado, en España, han sido herencia de monarcas, quienes durante sus reinados coleccionaron gran cantidad de objetos de lujo y de arte suntuarios. En el caso de los virreinatos transatlánticos no hubo cortes que se dieran a esa tarea, salvo algunos arzobispos que adquirieron obra pictórica. Fue hasta el siglo XIX cuando los comerciantes con gran poder económico buscaron imitar el coleccionismo, tal es el caso del guanajuatense Ramón Alcázar Castañeda (1843-1914), quien dedicó 40 años de su vida a convertir su casa en un museo para su deleite personal.

Parte de ese extenso legado se encuentra en las bodegas del Museo Nacional de Historia (MNH) Castillo de Chapultepec, y se podrá apreciar por primera vez en las salas de exposiciones temporales, a partir de este 19 junio y hasta octubre próximo, en la exposición Del goce privado al deleite público. Colección Ramón Alcázar.

El acervo está integrado por objetos de uso cotidiano como, vajillas de porcelana, relojes, joyería, cigarreras, cajas para tabaco, tibores, condecoraciones, medallas, monedas, abanicos, armas, dechados, costureros, baúles, pinturas y esculturas.

Este lunes se realizó un recorrido por la muestra con los medios de comunicación, en la que estuvieron los curadores Thalía Montes Recinas, María Hernández Ramírez, José Manuel Blanco Sosa y Axayácatl Gutiérrez Ramos.

La exposición, compuesta por 319 piezas, se organizó para conmemorar los cien años de la llegada de dicho acervo al antiguo Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía —que se localizaba en la antigua Casa de Moneda, en el Centro Histórico— y para reconocer el esfuerzo de un puñado de intelectuales y autoridades, entre los que se encontraban el pintor Jorge Enciso, los historiadores Genaro García, Luis Castillo Ledón y el presidente Venustiano Carranza, quienes lograron enriquecer el patrimonio cultural del país.

La historiadora María Hernández Ramírez, responsable de la curaduría de textiles del MNH, relató que en 1917 la colección había pasado a manos de Ramón Alcázar hijo, accionista del Banco de Guanajuato, pero ante la necesidad de cubrir una deuda de 109 mil pesos con la Secretaría de Hacienda, se decidió que la colección sería subastada.

Por ello, Luis Castillo Ledón, con apoyo de Alfonso Cravioto, gestionó con el presidente Carranza para que el acervo no fuera rematado y mejor pasara al museo, así se logró conservar el legado inventariado de siete mil 233 piezas, de las cuales el MNH conserva una gran parte y el resto fue repartido en los museos nacionales de Antropología, de las Culturas del Mundo, del Virreinato, de las Intervenciones y Regional de Guadalajara, todos bajo custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La investigadora Thalía Montes, quien forma parte del equipo curatorial de la exposición, explicó que la selección de las piezas que se exhibirán tiene el objetivo de mostrar la variedad de materiales, técnicas de manufactura, fechas de elaboración y procedencia de la colección. La primera sección alude a la medición del tiempo, se muestran relojes de bolsillo y de mesa; mientras que en el siguiente apartado se observa la colección de numismática, medallas y condecoraciones.

El curador Juan Manuel Blanco Sosa, encargado de la selección de piezas de numismática y artes aplicadas, señaló que las monedas ocuparon un lugar muy importante dentro de la colección, tanto por el número como por su valor, ya que contiene piezas del periodo colonial y del siglo XIX. “Cuando hubo una dispersión de la Casa de Moneda de México se abrieron casas provinciales, lo que creó un universo de monedas extremadamente grande que forma parte de la Colección Alcázar y que ahora se puede apreciar una parte en la exposición.

El montaje también exhibe objetos de marfil, concha nácar, piezas orientales, textiles y mobiliario, que dan cuenta del gusto refinado de Ramón Alcázar y su amor por el coleccionismo, quien durante 40 años adquirió toda una variedad de piezas de distintas partes del mundo, las cuales reflejaban su poderío económico.

“Tenía una afición por las cajas pequeñas que podía llevar en el bolsillo y que se utilizaban para el tabaco, las cigarreras, cerilleras, muchas de ellas en plata, oro, concha nácar y marfil”, apuntó la investigadora María Hernández.

Ramón Alcázar no se interesó por las prendas de vestir, aunque la colección reúne algunas, como un chaleco de terciopelo, mantones de Manila, pañuelos, rebozos y dechados (lienzos en los que las niñas aprendían las distintas formas de bordar), entre los que sobresale el de su esposa Luisa Ibargüengoitia.

En el acervo también hay un gran apartado de joyas de oro y plata, gemas, corales, esmeraldas colombianas, relojes de bolsillo, así como de abanicos con incrustaciones de carey, marfil y madera. Parte de esas alhajas se exhiben en las salas permanentes del MNH.

El investigador Axayácatl Gutiérrez Ramos, responsable de la curaduría de mobiliario y enseres domésticos, señaló que dentro de la exposición también se podrá apreciar una arqueta (cofre) de plata dorada y cincelada, de uso procesional y que data del siglo XVI; y dos tibores rosa de porcelana que a principios del siglo pasado fueron valuados en 30 mil pesos, además de piezas de arte mexicano, en especial de plata.

Cabe destacar que Ramón Alcázar Castañeda vivió entre 1843 y 1914, y fue un comerciante que se estableció en Guanajuato, tuvo una empresa que fundó en sociedad llamada Sthalford Alcázar, que se dedicaba a la venta de maquinaria para la extracción de los metales en las minas; asimismo, incursionó en la política como diputado y senador, y estuvo allegado a Porfirio Díaz.

La exposición Del goce privado al deleite público. Colección Ramón Alcázar se podrá visitar de junio a octubre de 2018, en las salas de exposiciones temporales del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec (Primera Sección del Bosque de Chapultepec). Horario: martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas. Costo: 70 pesos. El acceso es gratuito para niños menores de 12 años, estudiantes y maestros con credencial, y adultos mayores.