Por Redacción
El Museo de los Ferrocarrileros es un recinto de memoria y resistencia que celebra la historia del ferrocarril, la cual es también la historia de la lucha y la resistencia de sus trabajadores, y éste es el lugar donde ellos encuentran su espacio; ellos que le han dado tanta dignidad y tanto valor al país, señaló Eduardo Vázquez Martín, Secretario de Cultura de la Ciudad de México, al encabezar la ceremonia por el 10 aniversario de dicho recinto capitalino.
Acompañado por la escritora Elena Poniatowska, amiga del museo a cargo de la Secretaría de Cultura capitalina, y por Salvador Zarco Flores, ex trabajador de ferrocarril y responsable desde su fundación del recinto, Eduardo Vázquez celebró la primera década de existencia de este espacio ubicado en la antigua estación La Villa, que alberga dos locomotoras y realiza actividades diversas como exposiciones, ciclos de cine y conferencias alrededor del tema ferrocarrilero.
“Hay museos que nacen porque existe un acervo importante, pero no es así a veces: hay espacios que nacen porque hay un tema poderoso. Es el caso de este recinto, que es un lugar de memoria y de resistencia; memoria y resistencia que significan la no aceptación de un país sin ferrocarriles, de un país que ya no se mueve por los rieles y que tiene un déficit de transporte público muy fuerte que este medio podría contribuir a enfrentar”, sostuvo.
El Museo de los Ferrocarrileros, dijo más adelante el Secretario de Cultura, recupera la memoria del valor del ferrocarril, al tiempo que recuerda la aportación de los trabajadores ferrocarrileros como Demetrio Vallejo, que lucharon por la democracia y los derechos de todos. “El principal acervo del recinto es la memoria y su existencia invita a recordar”, afirmó.
Salvador Zarco Flores, responsable del Museo de los Ferrocarrileros, recordó que fue el 1 de mayo de 2006 cuando nació este recinto, “con una exposición y una locomotora prestadas porque no teníamos ni un clavo de vía para exhibir”.
Pero la historia de este espacio, añadió, empezó más atrás, en 1990, cuando la Estación La Villa se desmanteló como parte del proceso de la privatización de los ferrocarriles mexicanos. Incluso, dijo también, en 1960 hubo voces que pedían la demolición de este edificio para abrir una vía de comunicación.
“Ferrocarriles Nacionales de México entregó la estación en 1990 a la Delegación Gustavo A. Madero con la consigna de que se construiría un museo; sin embargo, el lugar quedó en el abandono. Más tarde fue cuartel de la Policía Auxiliar y fue hasta que se dio la designación por parte de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal que se comenzó a avanzar en el proyecto. La delegación cedió la administración del museo a la Secretaría de Cultura de la capital, lo cual engrandeció la iniciativa”, explicó Salvador Zarco.
Finalmente, la escritora Elena Poniatowska dijo que siempre ha admirado a los trabajadores ferrocarrileros como Salvador Zarco y Demetrio Vallejo, y que este último, un luchador social de gran fuerza y entereza, le ayudó con sus historia a escribir la novela “El tren pasa primero”, en la que aborda la lucha ferrocarrilera en México en los años 50.
“El Museo de los Ferrocarrileros es importante porque la gran heroína de la Revolución Mexicana es la locomotora, y rendirle tributo y recordar que ahora que no hay en nuestro país este medio para pasajeros, sólo para carga, es necesario. Este museo es de todos, es del pueblo, está al lado de la Basílica y es un recinto donde se han hecho grandes exposiciones”, concluyó la escritora.
Al término de la ceremonia, se hizo entrega de reconocimientos a quienes colaboraron en la donación de la locomotora aportada al museo por Pemex en años recientes, así como a los amigos del recinto, entre ellos la propia Elena Poniatowska, quien fue madrina en el acto inaugural del espacio y lo ha acompañado a lo largo de sus diez años de existencia.
En esta ceremonia también estuvieron presentes Alejandro Salafranca, coordinador de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Secretaría de Cultura capitalina; Guillermo Velázquez Vargas, amigo del museo; Patricia Ruiz, ex delegada en Gustavo A. Madero y quien contribuyó a la creación del recinto.
Durante la celebración por los diez años del Museo de los Ferrocarrileros también se inauguró, en la galería abierta del recinto, la exposición fotográfica Nacimiento de un museo. Además, se contó con la participación del coro infantil Les Enfants du Choeur y el cuarteto CUATRO Jazz.
El Museo de los Ferrocarrileros es un espacio museístico con la vocación de investigar, documentar y difundir la historia del gremio ferrocarrilero en México. Su sede es la antigua estación de ferrocarril La Villa, construida en 1907, la cual estuvo en servicio hasta 1990, cuando fue cancelada con motivo del desmantelamiento de Ferrocarriles Nacionales de México.
La primera exposición fue Rieleros: el tren en marcha y desde entonces se exhiben muestras temporales. En el Centro de Documentación se reúnen materiales que retratan y narran la historia de la compañía ferrocarrilera, su historia y cultura. Este recinto está abierto al público en general y la entrada es libre.
El inmueble que alberga este acervo está considerado el edifico ferrocarrilero más antiguo de la Ciudad de México y está ubicado en Alberto Herrera s/n, colonia Aragón La Villa, Delegación Gustavo A. Madero.
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