Por: Redacción
Los problemas por los que transita una pareja en edad madura son expuestos con humor en la obra El jardín secreto, que iniciará temporada a partir del 9 de febrero en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.
Situada en el Siglo de oro, época en la que existía un moralismo exacerbado, la puesta en escena presenta temas de índole erótico a través de una farsa cómica en la cual se hace alusión a algunos aspectos propios del siglo XXI.
En la trama una reina vive atemorizada ante el posible desamor del rey, mientras él guarda la misma sospecha de su esposa. A manera de consuelo, cada uno escribe en su diario las más recónditas fantasías sexuales, hasta que un doctor charlatán aparece para ayudarlos a reconciliarse.
En conferencia de prensa, la directora Rocío Carrillo señaló que estamos ante una pareja en el otoño de su vida que enfrenta los miedos e intenta redescubrir su jardín secreto para aceptar las cualidades que acompañan la sexualidad en la madurez.
“Creo que la juventud, en la cultura que vivimos, está sobrevalorada y hay toda una mercadotecnia alrededor de la preservación del cuerpo lozano y esto hace que no se ponga suficiente atención en lo que pasa en otras edades”, aseguró la también miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca.
El elenco está conformado por Pilar Boliver, Ulises Basurto, Ernesto Lecuona y Mercedes Olea, quien explicó que el jardín secreto es ese momento íntimo entre los amantes que da paso al placer del cuerpo, de las sensaciones y caricias.
“Hay una analogía entre el jardín secreto y la sexualidad. De repente uno está en la juventud y este jardín es frondoso, pero luego en la edad madura se puede llenar de hojarascas, de hierbas altas, de plagas, hasta que finalmente muere”.
Pilar Boliver, miembro del Programa de Creadores Escénicos con Trayectoria del Fonca, explicó que en esta historia el tálamo nupcial está vacío y al perderse el motor erótico se refleja en un reino a punto de marchitarse, sin súbditos ni dinero.
Para dar énfasis a este periodo de carestía y desolación, la actriz con más de 30 años de trayectoria interpreta diversos papeles, con los que demuestra un amplio mosaico de recursos de comedia.
Junto con guiños y giros del lenguaje, llenos de picardía que remontan a los clásicos españoles, la escenografía y el vestuario ubican al espectador en el periodo isabelino.
En el suelo se observa un tablero de ajedrez donde los personajes son las piezas (el Rey negro y la Reina blanca) que habitan El reino tablero.
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