- Las canciones más importantes en la carrera del Haragán, fueron entonadas y bailadas en los pasillos del Auditorio Nacional.
Por: Roberto Barco Celis/
La noche llegó, después de los dos años de dolor que arrastró la pandemia, Luis Álvarez “El Haragán”, por fin se presentó en el Auditorio Nacional, en sus palabras, el lugar para el que ensayó por 32 años.
A las 20:30 horas, las luces se apagaron, solo un reflector se encendió, pero su dirección no era el escenario, la luz emitida recorrió el pasillo izquierdo del área preferente, y de pronto la banda explotó en emoción, pues Luis Álvarez estaba justo detrás de ellos.
Así inició su concierto, rodeado de la gente que sabe su origen y que lo ha acompañado todo este camino, esa “bandita” que le demostró su lealtad llenando el Auditorio Nacional y su cariño cantando cada una de sus canciones.
Ya en el escenario, la viejas rolas del “Valedores Juveniles” y los “A capela” retumbaron e hicieron temblar al recinto más importante de la música popular en México, esos discos que hoy son un clásico del Rock Mexicano.
Después, las canciones más importantes en la carrera del Haragán fueron entonadas y bailadas en los pasillos del Auditorio Nacional, como una recreación de los recintos de la periferia como el ex balneario de la Pantitlan, el Centro Cívico de Ecatepec o la Arena Adolfo López Mateos en Tlalnepanta, esos lugares que vieron madurar las letras de Luis Álvarez.
Y es que todo fue una fiesta sin descanso, rodeado de amigos y grandes músicos, entre los que estuvieron Alex Lora, David Lerma “El Guadaña”, Kenny, y Rubén Albarrán, el recital no paró y por más de tres horas “El Haragán” dio el mejor concierto de su vida.
Lo cierto es que desde 1989 Luis Álvarez, nos ha narrado con sus canciones la vida del México más crudo y menospreciado, pero también nos ha regalado los himnos de una generación que no deja de luchar y que anoche se entregó a su música en el Auditorio Nacional.
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