Por: MUGS / Redacción
Elfos, hobbits, magos, enanos y hasta orcos, pero sobre todo cientos de humanos se dieron cita en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) donde este domingo se llevó a cabo una magna celebración por los 60 años de El señor de los anillos.
Conferencias, proyecciones, teatro, conciertos, lecturas dramatizadas, muestras de esgrima y arquería medieval, así como talleres y diversas actividades lúdicas formaron parte de la programación de este festival, organizado por la Sociedad Tolkiendili de México, en el marco del Año Dual México–Reino Unido, en memoria de John Ronald Reuel Tolkien, creador del mundo mágico de la saga protagonizada en la Tierra media.
La celebración arrancó con la proyección del documental Tolkienmex en el Aula Magna José Vasconcelos, donde a lo largo del día se llevaron a cabo mesas redondas y conferencias con expertos que hablaron de la importancia de El señor de los anillos, en lo que fue una reunión de extraños seguidores de este autor de literatura fantástica.
En la mesa redonda titulada Tolkien en México a 60 años de El señor de los anillos, José Antonio Forzán advirtió que nuestro país gusta de los mitos y los símbolos, por lo que la obra del autor, nacido en Sudáfrica, no debe verse únicamente como pieza de anaquel de un librero o como una película almacenada en las repisas con blue ray.
Tolkien, dijo, “no es sólo un refugio para entes extraños que gustan de los mitos y de la literatura fantástica. Debe concebirse como esa fuerza revolucionaria, la vitalidad de Tolkien debe recubrir no sólo la Inglaterra posterior a la Segunda Guerra Mundial, la importancia tolkieniana puede comprenderse como una construcción simbólica, ejemplar. Miles de personas han hallado en sus páginas un refugio y una identidad, no sé cuántos estén formados allá afuera, pero son bastantes”.
Y es que largas filas se registraban para asistir a las diversas actividades programadas, las cuales tuvieron lugar no sólo en el Aula Magna José Vasconcelos, sino también en la Plaza de la Danza, donde se realizaron las actividades escénicas y la Plaza Ricardo Legorreta, espacio donde se llevaron a cabo los talleres y juegos.
José Antonio Forzán aseguró que ahora, desde diversas partes del mundo, han volteado los ojos al autor de El señor de los anillos, que creó un mundo fantástico plagado de extraños personajes como los hobbits.
Estos pequeños seres, dijo, “permiten el encuentro simbólico con las mejores causas, los afanes más disparatados y los ideales por los cuales luchar. La amistad, la perseverancia, la esperanza, la dignidad, no son palabras menores, su ejecución en la fantasía y en la vida de Tolkien permite volar hacia el inglés sendas esperanzas de relecturas a futuro”.
El festejo incluyó actividades escénicas, como teatro guiñol y la obra Un títere para dominarlos a todos y el concierto Entre bardos y juglares, a cargo de la agrupación Daoine Sidhé, la cual transportó al público al mundo de Tolkien a través de los sonidos de flautas, violines, mandolinas y chelos.
Hubo muestra de esgrima y arquería medieval, lectura dramatizada, el concierto Canciones del fin de la tercera edad y hasta un concurso de disfraces para premiar a elfos, hobbits, enanos y uno que otro orco.
En materia de talleres, niños, jóvenes y adultos crearon máscaras inspiradas en los personajes de El señor de los anillos y, en lo que respecta a actividades lúdicas, participar en juegos ambientados en la Tierra media, así como en trivias, loterías, sopa de letras y crucigramas relacionados con la saga de Tolkien.
Además, los asistentes pudieron adquirir los libros de El señor de los anillos, así como rompecabezas y otros juegos, como cartas y tomarse fotos con quienes iban caracterizados como los personajes de El señor de los anillos, en esta celebración que reunió a chicos y grandes a 60 años de creación de este mundo fantástico.
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