Por: Redacción/
Para el director de cine Arturo Risptein, el arte es ante todo fluidez y en su producción cinematográfica lo que busca es crear atmósferas y coherencia dentro de las mismas, reveló en una charla realizada en la Cineteca Nacional.
Durante la función especial de la cinta El imperio de la fortuna, que se realizó en el marco de la retrospectiva que ese recinto de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México lleva a cabo en honor del cineasta mexicano, consideró un privilegio ver una sala llena para ver una de sus películas.
Risptein recordó que el filme, una adaptación del cuento El gallo de oro de Juan Rulfo, fue la primera cinta que realizó junto con Paz Alicia Garciadiego, quien también estuvo presente.
Agradeció también a la Cineteca Nacional y a su director, Alejandro Pelayo, la realización de “esta retrospectiva que me honra sin duda y naturalmente a ustedes que son los que hacen que nos volvamos visibles los invisibles”.
Tras la proyección de El imperio de la fortuna de 1985, protagonizada por Ernesto Gómez Cruz y Blanca Guerra, indicó que en este filme no hay ninguna urdimbre simbólica.
“No hay más intención que la de buscar una atmósfera y una coherencia dentro de esa atmósfera porque la cámara es mi elemento fundante, entonces lo que tengo dentro del cuadrito que es, o lo que cabe en el cuadrito o el mundo entero, depende de las habilidades de cada quien, lo que buscan es tener coherencia y en última instancia, dentro de esa coherencia, es que fluya el relato”.
Arturo Ripstein advirtió que “el arte a final de cuentas es fluidez” y que cuando filma busca una homologación de una serie de elementos, entre los que están ciertos colores, ya que según comentarios del público, en El imperio de la fortuna predominan tonos rojos y verdes.
Al respecto, el cineasta comentó que estos colores “me llenan el cuadro, me llenan los ojos de júbilo. Nunca hay azules porque no puedo controlar los azules”, la única exclusión que hay en sus películas es justamente ese color, aunque para muchos las noches son azules, a él le producen desazón y las pide en verde, aunque a los fotógrafos les entra el “pánico estético”.
Por su parte, la guionista Paz Alicia Garciadiego, precisó que esta versión del cuento de Rulfo es muy diferente a la realizada en 1964 por Roberto Gavaldón, la cual termina justo a la mitad del relato, cuando Dionisio Pinzón le gana la casa a Lorenzo Benavides en un juego de cartas.
“Nosotros hicimos la película en el año 85” cuando, a diferencia de los años sesenta, ya nadie creía en el desarrollo estabilizador y lo que refleja esta segunda versión es “el México que teníamos ante nuestras narices”.
En El imperio de la fortuna de Ripstein no sólo cambia la óptica del país, “lo que hicimos nosotros fue contar el cuento de Rulfo entero, porque la figura de la caponera en la primera versión, en la versión de Gavaldón, es prácticamente inexistente”.
La guionista recordó que en esa primera cinta, la caponera es un objeto de toma y daca, donde los jugadores la apuestan y ganan, mientras que en la película de 1985 “teníamos mucho interés en desarrollar el personaje y darle entidad propia”.
El imperio de la fortuna cuenta la historia de Dionisio Pinzón quien, tras obtener un gallo malherido, comienza a hacer fortuna en peleas de gallos y después, gracias a su habilidad en los naipes, pero que termina en un trágico final.
El público agradeció la posibilidad de volver a ver en pantalla gigante las películas de Ripstein es esta retrospectiva y calificaron de exquisito poder ver cine de esta calidad.
La retrospectiva de Arturo Risptein en la Cineteca Nacional, cuyas proyecciones dieron inicio el pasado 11 de enero, incluye 14 largometrajes y cuatro cortometrajes, dirigidos por el cineasta mexicano.
Entre las cintas contempladas se encuentran La hora de los niños, El castillo de la pureza, Cadena perpetua, Profundo carmesí, Las razones del corazón y La calle de la amargura, mientras que en cuestión de cortometrajes se proyectarán títulos como La belleza y Crimen de crímenes.
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