Por: Oswaldo Rojas
La muerte de Edgar Allan Poe llegó pronto, a sus 40 años de edad, y termino con la carrera de uno de los escritores más prolíficos de relatos de suspenso. Pero también termino con el primer escritor estadounidense que decidió vivir de su trabajo literario.
Hasta entonces (1809 – 1849) los escritores sobrevivían a base de algún mecenas, herencias o alguna actividad más rentable que la de escribir – sí, esto de escribir jamás ha sido la mejor forma de ganarse el pan-, y aunque ahora los jóvenes estudiantes pelean por hacerse de alguna beca y mamar del seno gubernamental, Poe hizo de su textos el trabajo constante e imprescindible de su vida.
Aunque sus escritos memorables son aquellos que pertenecen a sus Narraciones extraordinarias, Allan Poe tuvo una larga carrera como periodista. En diferentes medios impresos fue colocando no solo notas y columnas, también sus relatos, siendo Manuscrito encontrado en una botella el primero en agenciarle dinero y cierta fama.
A pesar de que cobro renombre con los años, aún pasaba dificultades económicas, en especial tras la muerte de su padrastro que lo dejo sin herencia. Los editores le recomendaban dejar de lado tanto la poesía como el relato corto y emprender una narración de aventuras más amplia y por lo tanto económicamente más rentable.
Con eso en mente escribió La narración de Arthur Gordon Pym (1838), única en la obra de Poe. Se trató de uno de los aciertos más notables de su vida. Confiado en este éxito en 1840 buscó iniciar su propio diario que llevaría Por nombre The Penn, y sería una publicación dedicada a la literatura. Sin embargo, la presión económica así como su ritmo de vida no le permitió realizar el proyecto.
Trabajaría en diario Graham’s Magazien, pero terminaría su relación con su editor. A partir de ese momento le costaría trabajo hacerse de un puesto, principalmente porque Poe contaba con una fama de alcohólico que hacía de él un periodista y escritor poco constante.
En realidad Edgar Allan Poe era dipsómano, que no es igual a alcohólico. La diferencia radica en que un alcohólico está constantemente bebiendo, mientras que un dipsómano pueda pasar largo tiempo sin una gota de alcohol pero cuando bebe, como era el caso del escritor, lo hacía hasta caer rendido.
Cuando su esposa y prima con la que se casó a los 13 años, Virgina Eliza Clemm, contrae tuberculosis el escritor se vuelva más inestable en su trabajo. Para 1947 cuando la joven finalmente muere a sus 25 años el escritor estaba casi imposibilitado para trabajar. Un día antes Poe escribió a a Marie Louise Shew: “Mi pobre Virginia vive todavía, aunque marchitándose deprisa y sufriendo mucho dolor”.
Se trató de una temporada donde la obra de Poe disminuyo, pero también se volvió más densa.
Poe vio algo de esperanza al volver a comprometerse en 1949, ahora con un antiguo amor suyo, Sarah Elmira Royster. Sin embargo, dos semanas antes de la boda desaparece y nadie tiene noticia suya hasta que el 3 de octubre es encontrado delirante en la calles de Baltimore, con un aspecto desparpajado y con ropas que no eran las suyas.
Murió cuatro días después. Su muerte se ha adjudicado al alcohol. Sin embargo no se ha esclarecido por qué y con quien paso sus últimos días. Se cuenta que en su agonía convocaba a Reynolds, un explorador que sirvió de prototipo para su novela La narración de Arthur Gordon Pym.
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