Por: Arnulfo Roque Huerta
El deporte es fundamental para la formación de un chico, es parte del crecimiento y del desarrollo psicomotor, también de gran ayuda para combatir la obesidad y además sirve de diversión y sano entretenimiento. Ver a las alumnas del colegio practicar casi todos los deportes de manera competitiva, me llevó a preguntarme qué pasa en las demás escuelas del país para que la mayoría de sus alumnos se muestren apáticos ante el saludable panorama que presenta la práctica del deporte.
La respuesta en realidad es una combinación de situaciones y factores, pero el triste resultado en muchos de los casos está muy lejos de ser influenciado por los chicos. El primer factor y más preocupante es la delincuencia, pues ésta impide que nuestros hijos estén lejos de tener la diversión que muchos tuvimos cuando niños: salir a la calle a jugar, correr, convivir y al mismo tiempo desarrollarnos física y socialmente. Conocíamos a todos los niños de la colonia y saludábamos a sus papás y familiares; ahora los chicos ni se voltean a ver y el saludo a los adultos brilla por su ausencia.
Por supuesto debemos tomar en cuenta que por más inseguras que sean las calles siempre con buena vigilancia esto se puede anular. Yo recuerdo en mis tiempos de niñez a más de dos adultos al pendiente de nuestros juegos y cuidando a cada niño sin que necesariamente fuese su hijo; entonces si a la inseguridad le añadimos la falta de interés de los padres por ver jugar a sus hijos entonces iremos descubriendo el hilo negro.
La mala educación sobre las nuevas tecnologías es otro factor que no ayuda para conseguir mayor actividad física en los muchachos; según la empresa ComScore los mexicanos (en su mayoría estudiantes) destinan a las redes sociales 7.5 horas de su tiempo al día. Al sumar ese tiempo al de las responsabilidades cotidianas nos damos cuenta que no les queda tiempo para actividades saludables.
Al no tener una educación sobre el uso de las redes sociales es responsabilidad de los adultos limitar los tiempos y los contenidos a los jóvenes. La Internet puede ser de gran ayuda para obtener información y estar al día en cuanto a la comunicación pero la realidad es que los chicos se encuentran poco interesando en la información y mayormente utilizan Internet para matar el tiempo (en algunas ocasiones no les queda de otra) o bien para entablar charlas no muy edificantes. Si podemos disminuir el tiempo de Internet y los invitamos a salir a jugar les aseguro que hasta el más apático lo disfrutará.
Aún más preocupante es la idea de las autoridades educativas de disminuir las horas clase de educación física, pues muchas veces es la única forma en la que un muchachito logra ponerse en movimiento, además de que esto contrasta a lo que la UNESCO propone, pues este organismo plantea que de manera ideal se debe tener educación física diariamente.
La situación es alarmante pues un niño en los 80 y 90 era capaz de desempeñar cualquier tipo de deporte, correr, saltar, competir y luchar disfrutando cada minuto que éste durará, lo que los mantenía alejados del cualquier tipo de vicio, malos pensamientos y el ocio que es sin duda bien llamado el padre de los vicios. En estos tiempos es difícil presenciar un buen partido callejero de soccer, ni que decir de voleibol o de perdida una carrera de esquina a esquina.
Hoy la única manera de que los chicos se junten es en línea, los balones que les llegan a obsequiar se mantienen limpios y por la falta de uso se desinflan y quedan en el olvido, ya no se muestran orgullosos los tenis gastados por tanto meter goles, ya no hay raspones en las rodillas y codos que eran un verdadero trofeo recibido después de un agotador partido que regularmente concluía con “gol gana”, ya no hay charlas con los papás en las que se narraba con lujo de detalle el heroico gol del gane que se había anotado, ya las mamás no preparan el baño caliente para que el chico entre después de un excelente partidito bajo la lluvia.
Ahora esta sana diversión se va quedando en el olvido, canjeada por chicos digitales, llenos de estrés y depresión, se ha cambiado por juegos de video y charlas vergonzosas en Facebook, Whatsapp y de más redes (dicho sea de paso el nombre les queda bien pues los atrapa) y como resultado tenemos a nuestro país como el número uno en obesidad y con muchos problemas de diabetes infantil y suicidios a temprana edad.
Padres y maestros los exhorto a recordar su niñez y hacerlo junto con sus chicos, atrévanse a regalarles un par de horas a la semana para desempolvar los balones y darle descanso a los sillones, gasten más tiempo en diversión que dinero en sustitución; jueguen, diviértanse y enseñen a los chicos de hoy cómo se hace. “Una vez que algo es una pasión, hay motivación.”-Michael Schumacher.
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