Por: Redacción
La creación de centros de escritura en las universidades responde a una crisis histórica de literacidad –competencia lectora– en alumnos y docentes, y configura un apoyo para mejorar las habilidades de los jóvenes en el desarrollo de ideas plasmadas en textos.
Esto permitirá a los estudiantes la realización de proyectos de investigación bien estructurados y claros, afirmó la doctora Susan Meyers, académica de la Universidad de Seattle, Washington, Estados Unidos.
Los estudiantes arriban a la universidad con escasas capacidades de escritura y de análisis sintáctico de las oraciones, debido a que estos elementos “ya no se enseñan en los colegios y la lectura no se trabaja en la escuela secundaria. Son errores de ortografía y gramática atribuidos a la pereza de releer lo que han escrito”, dijo la especialista.
Meyers explicó que un centro de escritura y argumentación comprende un programa extracurricular de conversación y redacción para el perfeccionamiento de proyectos escritos. Respaldada por un tutor, dicha figura es un sistema de apoyo a la educación que se utiliza desde hace más de 30 o 40 años en Estados Unidos y cuyo crecimiento debe procurarse.
“Es más bien una manera de enfocarse en la formación de quien escribe”, pues promueve el análisis, el desarrollo del pensamiento crítico y un aprendizaje activo”, aseveró la investigadora en la conferencia magistral El centro de escritura y argumentación como espacio imprescindible en la formación de la escritura en la Universidad.
Invitada por el Centro de Escritura y Argumentación de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), inaugurado en diciembre de 2014, la doctora Meyers expuso que los esfuerzos nocturnos que hacen los jóvenes por dotar de sentido sus tareas no funcionan, debido a la disminución del uso de los recursos bibliográficos y por el aumento del plagio de contenidos provenientes de Internet, un problema recurrente en los últimos seis o siete años.
La académica mencionó que algunos de sus alumnos confiesan que pasan poco tiempo de escritura en sus casas, porque se enfrentan a varios distractores, entre ellos las redes sociales. También indicó que los profesores dedican poco tiempo a enseñar y evaluar la escritura.
La especialista concluyó que un centro de escritura aumenta el nivel y las oportunidades profesionales de los jóvenes; mejora la reputación de la institución al elevar la redacción de los trabajos, y motiva las colaboraciones en la investigación. En suma fortalece y asegura el éxito del sistema universitario.
El doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector de la Unidad, resaltó que 18 meses después de inaugurado, “nuestro centro ha tenido una gran afluencia de alumnos. De esa manera apoyamos sus estudios de licenciatura, al tiempo que preparamos programas especiales para aquellos que cursan estudios de posgrado”.
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