• Demita Vega destacó que los tres campamentos al lado de sus compañeros le ayudaron a afianzar su preparación y afinar los detalles que se pueden presentar durante una competencia como el contacto, la velocidad y técnica.

Por: Redacción/

Pese a la crisis sanitaria de covid-19 que aqueja a México desde marzo pasado, Demita Vega de Lille, seleccionada nacional de vela, no perdió la motivación rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio y se mantuvo activa en solitario durante los primeros meses de la pandemia, pues a finales de octubre, la clasificada a la justa de verano, concluyó una nutrida gira de preparación grupal, la cual inició en agosto y comprendió las ciudades de Valle de Bravo, Puerto Vallarta y Cozumel, donde pudo experimentar variados climas y situaciones en el agua.

Vega de Lille, compartió a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), que dicho grupo de preparación estuvo compuesto por los veleristas Cristina Ortiz, Mariana Aguilar, Alex Torres y el entrenador originario de la Ciudad de México, Federico Ortiz; estas concentraciones fueron descritas por ella como “fructíferas”, rumbo a su próximo Campeonato Europeo a disputarse en Portugal a finales de noviembre.

“Fue padre reanudar actividad en grupo, hubo mucho crecimiento de todos, el trabajo en conjunto hace que maximices lo resultados porque sí había entrenado, pero sola y de pasar a entrenar sola y después con los chicos, pues así todo es más eficiente; me sentí con mucha alegría, emoción, sobre todo cuando tuve que pisar un aeropuerto de nuevo con un poquito de miedo de no querer contagiarse, pero soltando los miedos y regresando al agua”, dijo.

“Todo valió la pena, todos los esfuerzos, cuidados, preparación en solitario para poder llegar al agua y estar bien, no empezar de cero; estuve navegando en Cozumel y haciendo mucho trabajo físico en casa, me sentí muy bien y conforme fueron pasando los otros campamentos había mucha mejora. Siento que voy a ir muy lista y mejor preparada al Campeonato Europeo, a que si se hubiera hecho en la fecha original en marzo, aproveché cada mes (de marzo a noviembre) para poder llegar más fuerte a ese evento”, comentó.

Demita Vega destacó que los tres campamentos al lado de sus compañeros le ayudaron a afianzar su preparación y afinar los detalles que se pueden presentar durante una competencia como el contacto, la velocidad y técnica.

“Principalmente fue trabajar situaciones de regata, es algo que uno no puede hacer solo, como si fuera una situación real, situaciones de contacto, espacio, cuando estás solo tienes todo el espacio, pero no es representativo de la realidad porque en una regata los espacios son reducidos, siempre tienes a alguien alrededor y también para determinar cuál es el equipo óptimo para llevar a la competencia y desarrollo de velocidad y técnica”, detalló.

Premio Estatal, el más especial pese a covid-19

A mediados de octubre, la especialista en tabla vela fue reconocida con el Premio Estatal del Deporte 2020, tras haber obtenido su plaza a la cita olímpica a principios de año; una distinción que, aunque ya la recibió en dos ocasiones, comentó que el de este año es “más especial” debido a las dificultades que ha atravesado para cumplir sus objetivos.

“Estoy muy contenta, es un premio que he ganado dos veces con anterioridad, pero éste, siento que le tengo muchísimo más cariño por la circunstancia en las que estamos viviendo; no ha sido fácil poder desarrollar todo el trabajo, poder hacer los entrenamientos, ha sido un año súper difícil y recibir ese premio me incentiva para decirme que voy por buen camino”, destacó.

La velerista aseguró que “valen la pena todos los esfuerzos realizados” con el fin de llegar en las mejores condiciones a lo que serán sus terceros Juegos Olímpicos, tras Beijing 2008 y Río 2016, por lo que el Premio Estatal significa reafirmar que va por buen camino.

“El resultado final será bueno en los Juegos Olímpicos, por eso el Premio Estatal, más allá del estímulo económico, me reafirma moralmente que todo el esfuerzo es reconocido a nivel estatal y eso es muy padre.

“En Tokio serán mis terceros Juegos Olímpicos y es el proceso que más he disfrutado, especialmente porque al inicio del ciclo me convertí en mamá y regresar a competir es una experiencia bastante atípica, difícil de describir porque tenía una idea en la mente de cómo iba a ser, siempre lo imaginé mucho más sencillo de lo que en realidad fue, lograr el pase después de pasar por todo eso y teniendo la fortuna de que mi nena me puede acompañar, ir a unos Juegos Olímpicos sabiendo que mi hija lo va a ver, lo va a vivir y entender a lo que se dedica su mamá, qué es lo que hace, es mágico para mí y una super oportunidad a la cual quiero llegar lo mejor preparada y hacer lo mejor que lo haya hecho antes también”, puntualizó.