Por: Redacción /
Los restos del escritor, poeta y académico Ramón Xirau (Barcelona, 1924 – Ciudad de México, 2017) fueron velados este jueves 27 de julio por familiares, amigos y compañeros de ruta que acudieron a su domicilio de San Ángel, colmado de libros y obras de arte que el intelectual atesoró a lo largo de su vida.
La secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, acudió a dar sus condolencias a Ana María Icaza, viuda de Ramón Xirau y externó su admiración por el gran legado que deja el escritor y poeta, autor de obras como Mito y poesía, Ciudades y La naturaleza del hombre.
Ana María Icaza describió a su esposo como un hombre bueno, brillante e inteligente con el que compartió su vida a lo largo de 68 años, en los cuales escribió 45 libros.
“Es el único escritor que escribió obras magistrales explorando todos los campos del conocimiento. Una de ellas, The nature of man, la realizó junto con el gran filósofo y sicoanalista Erich Fromm. Pero sobre todo era un gran educador que compartió su sabiduría con muchos jóvenes. Fue un formador de muchas generaciones de escritores”.
El escritor Vicente Quirarte describió a Ramón Xirau como un hombre enamorado de la belleza y como un poeta que intentó entender a través de la filosofía la manera como la palabra puede labrar verdades permanentes para el ser humano.
“Recuerdo que me tocó trabajar en la reedición de una de sus obras fundamentales: Historia de la filosofía y lo admiré aún más por escribir este gran tratado que nos sigue enriqueciendo a todos”.
Quirarte agregó que Ramón Xirau fue un permanente admirador de la bondad humana y condenaba la oscuridad en el alma del hombre. “Decía que el hombre bueno está permanentemente sorteando el abismo, mientras que el malo cae sin ningún miramiento, por eso, aseguraba, hay que ser valiente para ser un hombre bueno”.
El músico Carlos Prieto, recordó a Xirau como un gran maestro que le dio clases en su juventud y que forjó una vida en México y era mexicano aunque nació en España.
“Fue un gran poeta en catalán, su lengua materna, pero también enriqueció nuestra lengua castellana con libros colmados de belleza, fuerza y profundidad”.
El escritor Luis Chumacero recordó al fallecido escritor como un gran iluminador de la naturaleza humana, que ya sea en catalán o en castellano aportó nuevos párrafos a la cultura universal.
“Él analizaba cuestiones difíciles sobre la naturaleza del hombre, sobre la maldad humana. Recuerdo un trabajo suyo sobre los campos de concentración nazis que me cimbró completamente. México pierde a un gran hombre y un gran maestro”.
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