Por: Redacción/
El inventario de las colecciones arqueológicas del Museo Nacional realizado por Eduard Seler, en 1907, es parte importante del acervo documental del Museo Nacional de Antropología (MNA), que posibilita el estudio de la historia de la Antropología y la Historia, consideró el doctor en Historia Antonio Saborit.
En la presentación del libro Eduard Seler. Inventario de las colecciones arqueológicas del Museo Nacional, 1907, con edición y estudios preliminares de Bertina Olmedo y Miruna Achin, realizada en el auditorio Fray Bernardino de Sahagún, el director del MNA resaltó que su relevancia crece por ser la obra de un estudioso de las antigüedades mexicanas cuyo trabajo se ha tenido limitado acceso.
Explicó que los estudios de Olmedo y Achin “ayudan a entender, por un lado, la naturaleza de este tipo de trabajos, los inventarios y su dificultad; y por otro, comprender la personalidad y presencia de Seler en el MNA, ante de la elaboración de este trabajo.
Haideé López Hernández, doctora en Filosofía de la Ciencia, indicó que “la publicación da cuenta de uno de estos uno de los intentos de traducción-descripción, y con ello el Instituto Nacional de Antropología e Historia, a través de Museo Nacional de Antropología, pone a disposición uno de los valiosos documentos que integran sus acervos históricos.
Presenta una detallada descripción escrita, y algunas veces gráficas, de diez mil 122 piezas arqueológicas que integraron las salas de arqueología del viejo Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, antecesor del MNA.
La investigadora en la Dirección de Estudios Históricos resaltó que la lectura de 343 páginas vislumbra parte del interés de principios del siglo XX en el estudio y la conservación del pasado prehispánico.
“Los estudiosos de este pasado, además, encontrarán datos valiosos sobre la procedencia de estas piezas y de su conformación como colecciones.
El inventario permite un acercamiento a una parte de la conformación de la disciplina arqueológica y sus avatares, dilemas, preguntas, presupuestos, teorías y constructos en los primeros años del siglo pasado.
“Los detallados estudios introductorios de Miruna Achim y Bertina Olmedo, que anteceden a la edición de esta valiosa fuente documental brinda un puntual y erudito análisis que contextualizan el trabajo de Seler en la trayectoria de los estudios arqueológicos y de la conformación de colecciones en el siglo XIX y primera década del XX, en la dinámica del Museo Nacional y sus comunidades de estudio, y de la disciplina arqueológica misma”.
Miruna Achim presenta el trabajo de Seler como un eslabón de la cadena de empeños en la conformación de las colecciones en México y a nivel mundial, recordando la importancia que guardan estos documentos, pese a que pocas veces han sido considerado en estudios de las disciplinas dado que sus enlistados, aparentemente tediosos, integran también, los supuestos y conjeturas de los principios taxonómicos de las ciencias para interpretar y nombrar las cosas.
Es decir que las listas brindan visibilidad a los objetos, densidad ontológica, de acuerdo a los fines de sus creadores, ya sean científicos, comerciales, artísticos o coleccionistas.
Así, el inventario de Seler constituye un eslabón de la cadena del coleccionismo en México, que fue precedido por otros esfuerzos en el mismo sentido.
Achim desarrolla un recuento crítico e histórico que abarca prácticamente la apertura del Museo y a lo largo de todo el siglo XIX: el primer inventario realizado en 1828 por Isidro Icaza y García Cubas.
También, el álbum de dibujos de antigüedades de Maximiliano Franck donado al Museo a medio del siglo XIX, y la edición de la Historia de la Conquista de Prescott, editada por Cumplido, en cuyo segundo volumen, Gondra integró 71 imágenes de códices, documentos coloniales, pinturas y antigüedades precedentes del Museo y a manera ilustración, así como una narrativa, a veces alterna, a la de Prescott.
Suma a esto el Catálogo de las colecciones históricas y arqueológicas del Museo Nacional realizadas por Gumesindo Mendoza y Jesús Sánchez con la colaboración de Alfredo Chavero, en 1882; los catálogos de historia y arqueología, y el de la galería de monolitos, hechos por el profesor de arqueología Jesús Galindo y Villa para la celebración del Congreso de Americanistas realizado en México, en 1895, y finalmente, el Inventario de Seler.
Haideé López explicó que la profundidad histórica y reflexiva de Achin se complementa con el detallado y erudito análisis de Bertina Olmedo en su texto El inventario de Eduard Seler, donde da cuenta, no sólo de la trayectoria de Seler en México y en el estudio de sus antigüedades, sino también de las complejidades, intereses y anhelos insertos en las gestiones realizadas por el director del establecimiento Genaro García, aspectos en cuyo análisis el lector puede profundizar gracias a la incorporación de un anexo.
Olmedo describe y analiza, desde su proyección, la elaboración del inventario: los cambios en su planificación, los criterios solicitados por el director y aquellos que fueron agregados por Seler, los avatares presupuestales y los tiempos de elaboración, así como los personajes involucrados.
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