Por: Paola Reyes/
El folklor mexicano está presente en los trajes típicos que portan los bailarines, en el fervor con que zapatean, en el ritmo que lleva la musicalización de las tradiciones mexicanas, en cada canción que danzan, es así, como la pasión es transmitida a los discípulos que ha dejado Amalia Hernández, creadora del Ballet Folklórico de México.
Hernández nació el 19 de septiembre de 1917. Con más de 60 coreografías, es recordado su natalicio con una conmemoración en el palacio de Bellas Artes.
El Ballet Folklórico de México y la Compañía Nacional de Danza interpretaron los bailes: Danzón Nereidas, Sones Antiguos de Michoacán, Los Mayas, Huapango y La vida es un juego. Esto bajo la dirección de Eduardo García Barrios con la Orquesta Sinfónica Nacional.
En su honor participó la mexicana Elisa Carrillo, la primera bailarina de la Ópera de Berlín, quien danzó Sones antiguos de Michoacán.
La trayectoria de Amalia logró crear todo un estilo de “mexicanidad”, a través del Ballet Folklórico de México. Desde que era pequeña tuvo dotes para la danza y fue pionera en recabar estilos de distintas regiones del país, es por ello que Amalia es recordada como una representante de la cultura nacional.
Gracias a la artista, México es reconocido a nivel mundial por su danza folklórica, su compás alegre y expresión de las tradiciones mexicanas en el baile. Aún después de su muerte (4 de noviembre del 2000), su legado continúa.
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