Por: Redacción/
Con la presentación del espectáculo Érase una vez Cri-Cri concluyó este viernes 6 de julio la segunda etapa de actividades que la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil – Alas y Raíces desarrolló en el Centro de Desarrollo Infantil (Cendi) del Centro Femenil de Reinserción Social (Cefereso) de Santa Martha Acatitla.
La población infantil que vive con sus madres en reclusión disfrutó de la música y las canciones de El Grillito Cantor interpretadas por la soprano Lilian Ramírez y la pianista Greta Licona.
A través de juegos, bailes y dinámicas lúdicas se promovió el encuentro y convivencia de niños y niñas con las artes, además de estrechar los lazos con sus seres queridos.
De acuerdo con Eva Janovitz, responsable del Proyecto Primera Infancia de Alas y Raíces, los talleres de teatro, artes plásticas, música, danza y literatura impartidos por la dependencia adscrita a la Secretaría de Cultura durante el ciclo escolar 2017-2018, se han convertido en un lugar de encuentro, unión y comunicación.
Una de las asistentes, madre de Mariana, quien está a punto de cumplir seis años de edad, aseguró que dichas actividades les permiten estrechar vínculos. “Para mí es darnos un momento especial en el que sólo estamos ella y yo. Tengo una hija de 30 años de edad y Mariana es la más pequeña. Creo que ahora soy más paciente y me interesa que estemos más tiempo juntas”.
A partir de su experiencia en la impartición de talleres como Canciones de cuna y Derecho a la diversión y el esparcimiento, la soprano Lilian Ramírez consideró que hay un interés por parte de las madres de seguir participando en este tipo de ejercicios lúdicos en beneficio de sus niñas y niños.
“Hacemos énfasis en la convivencia y el contacto físico entre la mamá y sus hijos. Los talleres promueven que las madres sean más receptivas y estén más pendientes de las necesidades de los pequeños”.
En el caso de la pianista Greta Licona, quien ha encabezado talleres de música, señaló que se ha logrado hacer conciencia de cómo esta disciplina ayuda a los infantes a desarrollar habilidades como coordinación motriz, concentración y ampliación de vocabulario.
“Partimos canciones de rimas, adivinanzas y hacemos nuestras pequeñas orquestas. Las mamás se han dado cuenta que hay un objetivo muy claro en el taller y no se trata de jugar por jugar”.
La directora del Centro Federal de Readaptación Social, Gloria María Hernández Gaona, destacó que la promoción de valores es otro de los aspectos importante de los talleres.
“Ustedes, (las madres) son su fortaleza, están y estarán siempre para ellos porque son los hombres y mujeres del futuro. Es importante promover la comunicación y el sentir que los aman”.
Al término del espectáculo, los niños y sus madres recibieron un reconocimiento un ejemplar del libro El día en que todo se movió.
Con estas acciones, Alas y Raíces responde a una de las líneas de trabajo de la Secretaría de Cultura: el desarrollo cultural con sentido social.
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