Por: Redacción
Los muertos hablan de amor / le ponen collares de flores al recuerdo / se niegan a morir abandonados. Manuel Espinosa Sainos, poeta totonaco de la Sierra Norte de Puebla.
La Sala Nezahualcóyotl de la UNAM fue invadida por voces de poetas llegadas de todo el continente: voces en zapoteco, en totonaco de la Sierra Norte de Puebla, en kari´ña del Ecuador, en español, en purépecha de Michoacán, en portugués de Brasil, en kichwa karanki de Venezuela, en francés de Canadá, en náhuatl, en inglés, en me’phaa de la región de la Montaña en Guerrero.
Voces que nos trajeron sus ecos, que nos hablaron de su visión del mundo mediante la poesía; voces convocadas por el VII Festival de Poesía Las Lenguas de América. Carlos Montemayor, que organiza bianualmente desde hace 12 años la UNAM, a través del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC).
En la inauguración del encuentro, José del Val, director del PUIC, dio la bienvenida a poetas y asistentes. “Bienvenidos a esta fiesta de la palabra, fiesta de la diversidad, fiesta de la inteligencia y el amor, que es el Festival de Poesía Las Lenguas de América. Carlos Montemayor”.
Su realización es importante no sólo porque es testimonio del valor esencial que los universitarios le otorgan a la poesía y a las lenguas de nuestro continente, sino porque estamos convencidos de que en las ominosas circunstancias que se viven en el mundo, escuchar y leer poesía son uno de los pilares fundamentales para la reconstrucción urgente de la civilidad democrática, la justicia y el buen vivir, subrayó.
“Sin lugar a dudas, la poesía constituye la más trascendente de las suertes primarias de la condición humana, el manantial inagotable de significaciones y sentidos de la diversidad y la universalidad. Un recital como éste despierta en todos nosotros, a la manera de los cantos chamánicos, las fuerzas latentes de percepción, de ética y estética profundas”.
Estamos complacidos de ratificar el significado del festival como homenaje permanente de nuestra Universidad a Carlos Montemayor, intelectual mexicano, defensor y cultivador de las lenguas y las culturas mexicanas, y promotor generoso de estos festivales, concluyó.
Uno de los invitados permanentes al Festival y paradigma en la defensa de las lenguas originarias: Miguel León-Portilla, en esta ocasión no estuvo presente, pero envió un poema escrito en náhuatl, dedicado a la Ciudad de México y su contaminación. Como parte de su participación, Juan Hernández Ramírez, poeta náhuatl, le dio lectura.
La conducción estuvo a cargo de las poetas zapotecas, Irma Pineda y Natalia Toledo.
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