Por: Redacción/
Una maqueta gigante es el escenario donde se desarrolla la obra Lo que se puede inventar que presenta el colectivo La Maqueta para invitar a chicos y grandes, sin límite de edad, a jugar y hacer cine en vivo.
La puesta en escena, que se presenta este fin de semana en el Foro Experimental Black Box del Centro Nacional de las Artes (Cenart), es una adaptación del cuento de Hans Christian Andersen que aborda la historia de un joven que quiere ser poeta.
Se trata de un espectáculo, comentó su directora Abril Pinedo, en el que “se desarrolla una película e invita a jugar al cine en vivo en una maqueta. Se sonoriza, se edita en vivo y los actores van narrando esta historia y la gente puede ver cómo se construye el artificio para lograr lo que ellos ven en pantalla”.
Lo más interesante de esta breve temporada que se ofrece del montaje que debutó el año pasado en el Foro El Cubo, es que en esta ocasión cuenta con traducción en lengua de señas, lo que permite brindar una visión más incluyente del teatro.
En entrevista con la Secretaría de Cultura, Abril Pinedo destacó que en esta nueva temporada en el Cenart, que inició el pasado fin de semana, se ha registrado lleno total en las funciones.
“Lo que nos emocionó muchísimo fue ver la respuesta de todas las personas sordas que han ido a ver el espectáculo, que realmente están muy interesadas porque se abran más este tipo de espacios para que ellos también puedan disfrutar del teatro, porque de pronto las opciones son bastantes limitadas”.
Y es que, dijo, Lo que se puede inventar no es un cuento sólo para niños, pues a pesar de que generalmente este tipo de piezas van dirigidas a un público infantil, se trata de un dispositivo tan atractivo, que llega a público de todas las edades y todos los que asisten se la pasan muy bien.
Por ello, aseguró que La Maqueta hace teatro para todos, “es un punto de reunión donde todos somos parte de lo que está aconteciendo, de ese suceso, es lo que nos parece conmovedor y vale la pena cada vez reinventarnos un poquito más, para volvernos a encontrar”.
Pero también, dijo, para volvernos a preguntar cómo es que este poeta, el protagonista de la historia de Hans Christian Andersen, se cuestiona la manera de hacer arte y cómo enfrenta su obsesión por querer entender cómo funciona y qué ideas puede aportar.
La magia de esta puesta en escena, creada por tres actores en escena y un equipo de cinco personas más que musicalizan y realizan la edición de tres cámaras de circuito cerrado, todo en tiempo real, radica en demostrar que todo puede convertirse en arte.
Los asistentes, indicó Abril Pinedo, “tienen la oportunidad de compartir una hermosa experiencia y sobre todo pensar que el arte se puede crear casi de cualquier cosa que alcancemos a ver, es un cambio de percepción, un cambio de destino”.
De ahí la conveniencia de que niños y jóvenes disfruten de esta puesta en escena donde se darán cuenta de que tienen derecho a saber y a preguntarse qué otras realidades son posibles, a través de un proyecto de teatro inteligente y también muy incluyente.
Adultos, jóvenes, mamás y niños, a partir de los 4 años de edad, están invitados a deleitarse con la historia de Lo que se puede inventar, un espectáculo que cuenta con traducción a lenguaje de señas a cargo de Valeria Fabbri, con una duración de apenas 30 minutos, por lo que puede ofrecer dos funciones al día.
“Se vuelve un suspiro”, comentó la directora del montaje. “De hecho varios adultos nos dicen que dura muy poco, pero creo que dura lo suficiente, somos muy concretos y lo importante es que todos estén disfrutando ese momento”.
Lo que se puede inventar todavía se presentará este fin de semana en el Foro Experimental Black Box donde ofrecerá cuatro funciones: el sábado 9 y el domingo 10 de septiembre en punto de las 12:00 y 14:00 horas.
La cita es en el Centro Nacional de las Artes, ubicado en Río Churubusco esquina calzada de Tlalpan, cerca del Metro General Anaya. Las localidades tienen un costo de 80 pesos.
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