Por: Redacción
Al menos el 80 por ciento de la población que supera los 20 años de edad, tuvo que pasar por exámenes escolares que prácticamente obligaban al estudiante a memorizar la lección. Otro método menos ortodoxo, era leer un libro para responder un cuestionario de al menos 25 preguntas: ¿Quién era el protagonista? ¿Qué enfermedad padecía el rey? ¿Cuántas obejas tenía el abuelo?
Planeta Coaching analiza la “Teoría de la Elección”, método de William Glasser, un reconocido psiquiatra estadounidense que propone que el profesor funja como líder y no como un jefe estricto. ¿Por qué? Porque al intentar obligar al estudiante a memorizar, el mensaje será de mando y no de enseñanza; los exámenes darán entrada al estrés y al pánico.
Así como lo explica Glasser, un alumno que memoriza los puntos de un examen, olvidará cada concepto al momento de salir del aula. La propuesta sería mejor, si se implementa un método de trabajos útiles con los que permitan al joven, aprender mientras lo realiza; todo lo didáctico genera mayor aprendizaje.
El psiquiatra manifestó que según sea la táctica, por ende será el grado de aprendizaje. También del trato que recibirá cada estudiante por parte de su maestro. El lazo afectivo juega un papel de suma importancia para absorber el conocimiento. Por ejemplo, una clase amable con materiales muy visuales, auditivos y emocionales, dará un estímulo que se fijará en el cerebro.
Compartir: los seres humanos se caracterizan por compartir con otros al menos el 95 por ciento de un conocimiento o hallazgo. Entonces, en el terreno de la educación, todo lo aprendido será transmitido a otros y la recordación se propagará. “Todo este proceso es fundamental para que ese conocimiento adquirido jamás nos abandone”.
La personalidad de un niño o adolescente, será compuesta de lo aprendido. Desde leer un libro, escribir un cuento, divertirse con un juego didáctico; todo se instalará en la sección cerebral del conocimiento y la repetición de dichas prácticas lo mantendrá para siempre.
Con la suma de cada paso, se construye la pirámide del conocimiento que William Glasser compartió con la humanidad, donde busca recibir información por medio de la integración de la capacidad humana para ser receptor de la información y saber que se fortalecerá con lo vivencial, emocional; para que se alcance el máximo potencial del aprendizaje permanente.
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