Por: Vicente Flores Hernández
La Ciencia en el Bar es un espacio de divulgación en el que de manera informal y en sana convivencia se dan a conocer resultados de investigaciones de diversas áreas. Este espacio, creado en el año 2006, ha permitido que temas de investigación especializada sean llevados a público con diferentes grados de formación y especialidad.
Durante estos nueve años se han llevado a cabo pláticas de diversos temas, entre ellas se cuentan: ¿Qué es la luz?, impartida por el doctor Jesús Urías, del Instituto de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP); El encanto de la geometría, por el doctor José Luis Rodríguez López, del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt); Hallazgo de un vertebrado fósil del Jurásico Tardío para una localidad de SLP, impartida por el ingeniero Cesio Menahen Flores Castillo, de la Facultad de Ingeniería de la UASLP; Crisis, ciencia, anticiencia y seudociencia, por el doctor Pedro Miramontes Vidal, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Agencia Espacial Mexicana, impartida por el doctor Francisco Javier Mendieta Jiménez, director de la Agencia Espacial Mexicana; Evolución del sistema solar. Planetesimales y meteoritos, impartida por el doctor Jaime Urrutia Fucugauchi, del Instituto de Geofísica de la UNAM, por mencionar solo algunos.
Lo que comenzó como parte de los festejos por los cincuenta años del inicio de las actividades de la física en San Luis Potosí, se ha convertido en una forma alternativa de divulgación, pionera en nuestro país. En palabras de su fundador, el doctor Refugio Martínez: “La Ciencia en el Bar es una oportunidad para que cada uno haga su propia idea sobre temas científicos actuales”. Esta dinámica ha resultado un concepto novedoso que informa de los avances y su repercusión a la sociedad y su grado de contribución, en un formato de debate casual.
Recientemente se llevó a cabo la segunda sesión del décimo noveno ciclo con la plática El regreso de los sintetizadores modulares, impartida por el doctor Alfonso Alba, de la Facultad de Ciencias de la UASLP. En una atmósfera muy agradable, los asistentes fueron testigos de una retrospectiva muy completa, partiendo desde el primer sintetizador construido por Robert Moog, hasta los modelos más actuales, así como una comparativa del funcionamiento de cada uno de los modelos más populares.
La evolución que han tenido los sintetizadores es un caso interesante de estudio, ya que han pasado por una reducción de tamaño, al convertirse de sintetizadores análogos a digitales “que realmente daban poco a la imaginación”, para posteriormente regresar a los orígenes en una combinación de tecnología análogo-digital. En palabras del conferencista, “al igual que muchas otras cosas, hay muchas ‘modas’ y pocos productos realmente innovadores, así que supongo que la evolución ha tenido una cierta curva logarítmica, al principio era muy rápida, pero poco a poco se ha estabilizado y actualmente los cambios son muy graduales”.
Durante la velada se expuso el principio básico de funcionamiento de los sintetizadores y, a partir de la conjugación de diferentes osciladores, se explicó el proceso de creación de música electrónica. Al preguntar al expositor sobre la espontaneidad de las creaciones comentó: “Bueno, todo depende, uno puede ensayar y ensayar para tratar de que siempre salga más o menos igual, o uno puede simplemente improvisar y saber que cada presentación será diferente y efímera, o cualquier punto intermedio. Pero mucha de la música que yo hago es improvisada, sigue un conjunto de reglas predefinidas (basado en teoría musical, experiencia, etcétera), pero con un margen de libertad muy amplio”.El doctor Alba, ingeniero de profesión y músico de corazón, comentó en entrevista que se dedica al arte de los sintetizadores desde hace más de 16 años y comentó que “la tecnología siempre ha estado al servicio de las artes o, más bien, los artistas siempre se han apoyado en la tecnología para crear cosas novedosas y, por supuesto, la relación entre ciencia y tecnología es íntima y evidente”.
Para cerrar la noche, “Poncho”, como lo conocen sus amigos, realizó un performance donde puso en práctica todo lo comentado anteriormente; a partir de la combinación de osciladores y frecuencias presentó la creación de ritmos muy agradables al oído.
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