Por: Melisa Carrillo
La República de Camerún, con una tradición tan milenaria como los inicios de la humanidad, recibió su nombre gracias a la extensa variedad de camarones y mariscos que los europeos encontraron en sus playas.
Considerada como un África en miniatura, Camerún cuenta con una diversa riqueza natural, al poseer grandes extensiones de sabana en el norte y centro del país, selva lluviosa y una zona montañosa.
En el país africano conviven más de 200 etnias con más de 160 dialectos diferentes que hacen de Camerún un lugar con rico bagaje de costumbres y rituales religiosos milenarios, así como de creyentes del cristianismo y el islam, mayoritariamente. Asimismo, desde los tiempos de la colonización europea, el país ha adoptado el francés y el inglés como idiomas predominantes.
Gracias a su reserva de recursos naturales, el país se sostiene económicamente gracias a actividades como la agricultura, cosechando diversos productos de importación como el café, cacao, tabaco, plátano, aceite de palma, cocoñame, caucho, té, algodón, maní y arroz, la ganadería, pesca, la extracción de madera, el turismo y la explotación de petróleo.
En los últimos años, la mirada del mundo se ha fijado en el país debido a los triunfos de la selección nacional de fútbol, que ha obtenido tres medallas de oro en los Juegos Olímpicos, y a los diversos enfrentamientos que se realizan en el territorio entre el grupo armado Boko Haram y el gobierno africano, los cuales han costado al país una serie de violaciones a los derechos humanos como detenciones arbitrarios, homicidios y el secuestro de civiles.
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