Por: Redacción
El azar y 12 cristales de desecho (de diversos tamaños, recolectados de vidrierías y de la calle) fueron las herramientas con las que el artista plástico Rubén Rosas realizó las 25 piezas que integran Caleidoscopio, exposición que este jueves 2 de marzo se inauguró en la Galería Salón Dès Aztecas.
Cuadros realizados en telas de gran formato (2.60 por 1.56 m) que remiten a mariposas con infinidad de formas, a su esencia, belleza, color, movimientos y vuelo, además de mariposarios, es lo que el público podrá ver en esta muestra.
En entrevista, Rubén Rosas destacó que los cuadros no son narrativos o tienen una historia, “se trata estrictamente de imágenes místicas que te llevan a la introspección, por lo que no hay un mensaje oculto que el espectador deba descifrar. Simplemente son obras que reflejan el vuelo de las mariposas a través de sus formas y colores”.
Huellas de vasos de agua, tazas, copas para vino, de una lata de sardinas y colores rojos, naranjas, blancos, azules, verdes, amarillos y negros dan origen a las obras, sin título, creadas por el artista plástico ex profeso para el Salón Dès Aztecas.
De acuerdo con el autor, destacan cuatro piezas, en donde hay mariposas que pueden verse como una nebulosa, el cielo nocturno, las estrellas, el infinito y una simbiosis.
“El público también podrá ver cuadros que retratan partes del cuerpo como el corazón del ser humano y el que para mí es el del universo, este último representado como una planta.
“Cada una de las obras tienen un juego de palabras como una que podría llamarse café negro, que fue creado con la huella de una taza la cual es plasmada con color blanco en una tela con fondo color negro”.
Caleidoscopio toma su nombre del tubo con espejos interiores que da origen a infinidad de imágenes. Podrá ser apreciada en un circuito de cuatro sedes: Galería Salón Dès Aztecas, Kinetik, JazzStudio y hamburguesas Grill-Oh!
“En estos espacios -agregó Rosas- el público podrá ver obras que no existían, ni se habían pintado, que son una invención mía. La idea era que con vidrios pudiera crear todo un mundo plástico.
“Cada uno de los cuadros es único ya que son imágenes sobre las cuales yo no tuve control y que son totalmente inventadas, azarosas. Lo único que hice fue rociar el color y la pintura, doblar la tela, aplastarla con los pies sobre el piso, después abrirla para pintar sobre ella, con los vidrios, las mariposas”.
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