Por: Redacción
Cultivo de tejidos vivos, genética, transformaciones morfológicas y construcciones biomecánicas son algunas de las técnicas utilizadas por los artistas del bioarte o bioart, una de las más recientes corrientes desarrolladas por el arte contemporáneo.
Luz Lazos Ramírez, coordinadora de Comunicación del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, explicó que el bioarte es un término nuevo y una corriente artística escasa no sólo en México sino en el mundo, en el que participan o colaboran médicos, investigadores, científicos y artistas plásticos.
Entrevistada previo a una charla que ofreció en el Auditorio de la Casita de las Ciencias, en el Centro Cultural Universitario, la también doctora en Filosofía de la ciencia, comentó que el bioarte es un procedimiento meramente artístico y no tiene nada que ver con el ramo de la Medicina.
“Es una nueva manera de hacer arte, pues así como existe quien emplea el metal para hacer un auto o una escultura, acá es lo mismo, pues la serie de técnicas que se emplean para trasplantes de órganos o biotecnología, en este caso, se emplea para hacer obras artísticas.
“Muchos de los artistas son doctores y lo que podríamos llamar un equipo artístico, porque se requiere que trabajen científicos y artistas”, señaló al tiempo que aclaró que así como el lienzo se emplea en la pintura, en el bioarte se usa un cultivo de tejidos de piel.
“Con ello lo que se trata es hacer una reflexión acerca de la tecnología y nuestra vida, hay muchas discusiones en torno a lo que es artificial y natural y, sobre todo, muestra el impacto de la biotecnología desde la década de los 90, que es cuando surge el bioarte y lo que hoy ha llevado a una reflexión acerca de cómo se usa”, abundó.
Como parte de las actividades del ciclo “Arte en tus genes”, con el que se conmemoran 16 años del anuncio del 26 de enero del año 2000, del fin del proyecto del Genoma Humano, la experta comentó que tanto en México como en el mundo son pocos los “artistas e investigadores” que desarrollan obras. “Se trata de un arte del nuevo siglo”, consideró.
Este tipo de experimentación implica al propio cuerpo de los artistas, cultivos en la piel, transfusiones de sangre animal, encarnando, a menudo, ellos mismos los tradicionales miedos y esperanzas asociados a estas tecnologías.
Existe cierto debate por la inclusión de obras que no trabajan con técnicas sobre tejido vivo en la corriente del bio-art. Las obras que participan del bio-art deberían ser reconocidas en la medida en que reflejen un nivel de crítica o comenten la relación problemática existente entre la sociedad y el desarrollo en biotecnología.
Para Lazos Ramírez, el bioarte es un término en el que participan diferentes corrientes en todo el mundo, que justo generan la reflexión sobre la biotecnología. “Son varias técnicas que se emplean en muchas de las áreas de las ciencias”, dijo.
Durante la charla, la experta presentó una de las obras realizadas con bioarte titulada “Piel sin víctimas”, que no es más que una reflexión acerca de los derechos de los animales para hacer chamarras de piel, “y cuya muestra o exhibición, consiste en poner un cultivo de células de piel para hacer una chamarra y todo esto se tiene en un museo en un cultivo que poco a poco van creciendo”.
“Lo que se trata de dar a conocer al público son las implicaciones que tiene y que este es un tema fascinante, porque la idea es generar las preguntas, abrir el debate y hacer que el público se acerque a estas discusiones. Lo interesante es ver qué pasará ahora con estas herramientas, cómo se controlarán y para qué nos van a servir”, concluyó.
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