Por: Redacción
Detrás de los números hay rostros, relatos, sueños, proyectos y una red de familiares a quienes hacen falta sus seres queridos desaparecidos, por lo que observar las fotografías en blanco y negro de 43 muchachos tiene un dejo sórdido de tristeza y frustración, declaró la periodista argentina Paula Mónaco Felipe.
Como hija de padres –vistos por última vez el 11 de enero de 1978– desaparecidos durante la dictadura que gobernó Argentina entre 1973 y 1983, Mónaco Felipe se identificó con el caso de los jóvenes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, y decidió escribir sobre ese suceso desde su personal experiencia.
“Siento que caímos en un pozo de tristeza, que quisimos dar otra mirada mediante la presentación de fotos más humanas: con el equipo de fútbol o en el nacimiento de la sobrina, con la novia o con los hijos”.
En la presentación de su libro Ayotzinapa: horas eternas, en coautoría con Ana Valentina López de Cea, enfatizó que para acercarse a la verdad la obra reconstruye minuto a minuto lo ocurrido entre las 17:00 horas del 26 de septiembre de 2014 y las 19:00 horas del día siguiente, a partir de las voces de 17 sobrevivientes.
“Son 43 biografías individuales y amorosas las que componen el núcleo del volumen, basado en entrevistas a familiares, amigos y compañeros de escuela de aquellos estudiantes”, refirió Mónaco Felipe en la Jornada por Ayotzinapa, convocada por la Sección de Actividades Culturales de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La crónica comienza cuando los familiares se enteran del suceso y narra las movilizaciones emprendidas durante el primer año posterior al acontecimiento, la reunión con autoridades federales, las búsquedas de los padres junto con el ejército y la policía en fosas clandestinas y casas de seguridad.
La importancia del texto reside en que concibe la memoria como un terreno de disputa del sentido o un espacio para expandir una lucha desde datos constatados de primera mano.
“Tenemos la herramienta del saber y el recordar, aunque con ello no los podremos regresar, pero estar informados es una forma de justicia o, por lo menos, lo más cercano que podemos estar a ella”.
En un ejercicio de periodismo de investigación, la obra retoma cada una de las 43 historias personales de los estudiantes desaparecidos en esa localidad de Guerrero y aporta la mirada de las familias afectadas, pues “la desaparición forzada es un caso que nunca prescribe y debe ser castigado, en tanto no aparezca la víctima con vida”, opinó José Reveles, quien acompañó a la autora en la presentación.
“El texto adentra al lector en la piel de los jóvenes normalistas y revive aquella fatídica noche”, sumándose a los más de 20 libros que se han publicado en el país sobre la misma temática, aportando datos nuevos y útiles para esclarecer los hechos.
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