Por: Redacción/

En un esfuerzo sin precedentes de la Secretaría de Cultura federal, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en colaboración con el gobierno del estado, comunidades, sociedad civil, iniciativa privada y autoridades eclesiásticas, llevan a cabo en Oaxaca el rescate del patrimonio cultural afectado por los diversos sismos que recientemente han ocurrido en esta entidad. Hasta el momento se han restaurado 28 bienes culturales: 24 inmuebles históricos, dos zonas arqueológicas y dos bienes muebles.

Después de los sismos del 7, 19, la fuerte réplica del 23 de septiembre de 2017 y el suscitado el 16 de febrero de 2018, Oaxaca —uno de los territorios más perjudicados por estos fenómenos naturales—, presenta afectaciones al patrimonio cultural en todos sus ámbitos con poco más de 600 inmuebles con deterioros en diversos niveles, además de 12 zonas arqueológicas e incontables daños en bienes muebles.

Ante este panorama, el Centro INAH Oaxaca, dirigido por el antropólogo Joel Omar Vázquez Herrera, encabeza y realiza un arduo trabajo para la recuperación de este patrimonio fechado entre los siglos XVI y XIX, con la ejecución de manera sistemática del Plan Maestro, enfocándose en el aseguramiento de los recursos financieros para dar certeza y celeridad a esa labor en el estado.

Detalló que la región que sufrió más daños fue la de los Valles Centrales, seguida de la Mixteca y el Istmo de Tehuantepec, aunque en esta última se padecen las afectaciones más severas. Las jornadas laborales para restituir a los oaxaqueños esa herencia patrimonial eran de 12 a 15 horas diarias, y aunque ya se han normalizado los horarios, para el personal del Centro INAH Oaxaca sigue siendo una emergencia el rescate del patrimonio cultural.

Las obras que el INAH lleva a cabo —en su primera fase— han rendido frutos en el estado. Se ha trabajado en el Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán y en el Museo de las Culturas Oaxaqueñas, ubicado en la ciudad de Oaxaca de Juárez, donde se reintegró el enladrillado en la cara exterior de la bóveda y en superficies planas, además de la aplicación de enmasillado como acabado final y la realización de calas estratigráficas para la exploración de presencia de pintura al fresco.

En el Templo de San Cristóbal, localizado en la comunidad de San Cristóbal Suchixtlahuaca, municipio de Coixtlahuaca, las labores consistieron en la consolidación de grietas en muros, arcos, cubiertas y bóveda. Mientras que en el Templo de San Juan, del siglo XVII, ubicado en la localidad de San Juan Nochixtlán, en Santiago Chazumba, se llevó a cabo la integración del entortado en la cara exterior de la bóveda, así como pintura en muros, campanarios y en la parte interior de la bóveda.

En el Templo de la Asunción, que data del siglo XVIII, en Santa María del Tule, se consolidaron grietas en muro, arco y en la cara interior de la cúpula. El Templo de San Juan Bautista, construido en la misma época que el anterior, en San Juan Bautista Cuicatlán, se consolidó una grieta continua en contrafuerte.

Los sismos también afectaron las zonas arqueológicas como Lambityeco y Yagul, ubicadas en Tlacolula de Matamoros. En la primera se consolidaron grietas en muros y se sustituyeron bloques de adobe en muro esquinero, mientras que en la segunda, la atención fue en grietas en muros internos y externos de la Sala de Consejos y la restitución de muro de adobe en la fachada sur del Patio 3.

Asimismo, el Centro INAH Oaxaca atiende el patrimonio cultural mueble histórico, importante en las festividades y ritualidad de las comunidades, con la restauración de la escultura del Sagrado Corazón de Jesús de Santiago Patlanalá, en Silacayoápam, a la que se le restituyeron los estratos pictóricos y se atendió la fractura en la madera constitutiva.

En Asunción Tlacolulita, comunidad del municipio de Yautepec, la escultura de San José con el niño fue intervenida para consolidar los estratos pictóricos y reponer las piezas faltantes, además de hacer limpieza superficial general y fumigación de la madera constitutiva.

Vázquez Herrera indicó que actualmente se intervienen 13 monumentos históricos, entre los que destacan la Casa de Cultura, el Templo de San Vicente Ferrer y el Taller de Artes Plásticas, en Juchitán de Zaragoza; el Templo de Guadalupe, en la ciudad de Oaxaca y las zonas arqueológicas de Mitla y Dainzú, ambas en Tlacolula, así como tres bienes muebles.

Resaltó el apoyo de las comunidades y actores públicos. “Hemos mantenido una comunicación muy cercana con las autoridades municipales y eclesiásticas, el comité de arte sacro, además de tener un vínculo con el Instituto del Patrimonio Cultural de Oaxaca, lo que nos permite informar a todos los actores de los avances en los trabajos”.

Destacó la participación de otros actores involucrados en la labor de recuperación del patrimonio cultural, como la Fundación Harp Helú, con quien se están trabajando dos proyectos en el Istmo de Tehuantepec: el Ex Convento de Santo Domingo (Tehuantepec) y el Templo de San Vicente Ferrer (Juchitán); donde están por concluir los trabajos preliminares para que se realicen las intervenciones en ambos inmuebles.

“Tenemos un programa con ellos de recuperación de vivienda histórica en Tehuantepec. Además, estamos por concretar un convenio con las universidades de Barcelona y Génova para la realización gratuita de estudios estructurales y de suelo en algunos monumentos, y la Fundación Carlos Slim nos apoya con lonas para proteger algunos inmuebles durante la temporada de lluvias”, expuso.

Finalmente, el antropólogo Vázquez Herrera, manifestó que en todo momento, en las labores de recuperación del patrimonio cultural, el INAH ha sido respetuoso de los usos y costumbres de este estado multicultural.