Por: Redacción
A partir de la construcción de una plaza comercial en la calle de Ricardo Flores Magón comenzaron a aparecer vestigios arqueológicos de la zona de Tlatelolco, específicamente una estructura circular dedicada al dios Ehécatl y datada en etapa posterior a la ciudad, en 1337 después de Cristo y rodeada de ofrendas al que era considerado la deidad del viento.
En conferencia de prensa para dar cuenta de este hallazgo estuvieron el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, Edwina Villegas Gómez, titular de la Zona Arqueológica de Tlatelolco, y Pedro Francisco Chávez Nava, coordinador nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Eduardo Matos Moctezuma dijo que no hay una referencia concreta a este recinto hallado, aunque sí al dios del Viento del que hay numerosas referencias en un vestigio anterior en Tlatelolco, otro en Tenochtitlan y en otras regiones, como Tula; sin embargo, las fuentes y las piezas halladas sí hablan de una relación con Ehécatl con más de 650 años de antigüedad y con dimensiones de 11 metros de diámetro, con 1.20 de altura y con profundidad de 3 metros al nivel de la calle.
Refirió que el vestigio hallado es de años posteriores a la fundación de Tlatelolco en 1337, cuando un grupo de mexicas inconformes se separaron de Tenochtitlan e hicieron su propio asentamiento.
“Este descubrimiento nos habla de la importancia que alcanzó Tlatelolco y cómo era un centro vital para el comercio, aunque en clara discordancia con el imperio”.
Evocó que Tlatelolco fue siempre una ciudad rebelde, con un mercado incomparable y después de que fuera reconquistada por Tenochtitlan, en 1453, se convirtió décadas después en el último bastión de la resistencia para los mexicas cuando los españoles tomaron la ciudad principal y fue en Tlatelolco donde apresaron a Cuauhtémoc.
“Con el hallazgo de este recinto circular vemos que Tlatelolco sigue surgiendo ante nuestros ojos y perdura en el tiempo. Es significativo mencionar que ya nadie cuando va al Zócalo dice: ‘Nos vemos en Tenochtitlan’, sin embargo, siglos después, los mexicanos actuales decimos: ‘Nos vemos en Tlatelolco, compadre’”.
Francisco Chávez Nava afirmó que debemos aceptar el concepto de que no estamos en una ciudad, sino en muchas ciudades de México cargadas de pasado y estos descubrimientos son un atisbo hacia nuestras raíces por su estado de conservación y características.
“El Consejo de Arqueología decidió que esta estructura pase a formar parte del área de visita de la zona de Tlatelolco y para ello se instalará una ventana arqueológica en la acera de la avenida Ricardo Flores Magón”.
En un video presentado durante la conferencia, Salvador Guilliem, especialista a cargo del proyecto, dijo que este edificio descubierto tiene tres etapas constructivas con 11 metros de diámetro con un cuerpo principal redondo y paredes bicónicas.
Afirmó que debajo de esta construcción se deben recuperar los objetos que se encuentran como ofrenda y se remontan a más de 500 años en esta zona, mismos que pasarían a formar parte de las más de 43 mil piezas que han sido halladas hasta la fecha en esta zona.
Destacó que por las dimensiones del inmueble descubierto se supo que es uno de los grandes referentes que conectan a Tlatelolco con Tenochtitlan y la última de sus etapas constructivas se remonta al año 1427.
Edwina Villegas Gómez afirmó que los objetos hallados fueron artefactos cerámicos y líticos, pero además entierros funerarios que, según las investigaciones, se encuentran en el perímetro del recinto ceremonial que podría ser definido como una ofrenda de clausura.
Explicó que en el predio conformado en su mayor parte por estuco se encontraron espinas de maguey, huesos de ave, figuras, cuentas y ocho entierros humanos, seis de ellos infantes, cuyos restos han sido resguardados para su estudio.
“Se va a proteger la estructura, se va a recortar el acceso de la calle para que se pueda acceder mediante una rampa con cristales con la que se podrá ver aproximadamente el 40 por ciento de la estructura. Es importante mencionar que se especificó que el recinto estuviera separado de las construcciones modernas que la rodean”.
Agregó que las ventanas arqueológicas que han sido abiertas como parte de la oferta cultural son una manera de difundir directamente nuestro patrimonio. “Todo ello para mostrar al público la riqueza cultural que día a día es hallado en nuestra ciudad”, concluyó.
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