Por: Risso Alberto
Hayao Miyazaki, fundador del Studio Ghibli, famoso por sus mundos de fantasía y narrativas sentimentales, presenta una fuerte contradicción personal en su filmografía: su pacifismo y fascinación por dibujar instrumentos de guerra. Sobre este tema fue la charla del especialista Eiji Ōtsuka durante la charla Se levanta el viento de Hayao Miyazaki y el fin de la fantasía, realizada este martes 1 de diciembre en la Sala 4, Arcady Boytler de la Cineteca Nacional.
Organizada por el complejo cinematográfico del Conaculta, en colaboración con el International Research Center for Japanese Studies, la Escuela Nacional de Antropología e Historia, el Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México, la conferencia del crítico literario explicó la manera en que el cineasta japonés trató de conciliar un conflicto interno en su más reciente película: Se levanta el viento (Kaze tachinu, 2013).
En México, el año pasado esta cinta resultó una de las más taquilleras de la 56 Muestra Internacional de Cine. Inspirada en la historia verdadera de Jiro Horikoshi, presenta a un joven apasionado de la aviación, cuya vista le impide ser piloto. Sin embargo, se convirtió en el creador de los aviones con los cuales Japón combatió durante la Segunda Guerra Mundial.
“La obra está llena de contradicciones, porque, por un lado, alguien que es pacifista está manejando un símbolo de la guerra, que es la avioneta. Hay que entender que Hayao Miyazaki es fan de estas armas bélicas y que le gusta dibujar y ver justamente estos mecanismos. En ese sentido, sí es un otaku de artículos de guerra”, comentó el especialista.
El escritor de manga compartió su interpretación del simbolismo en la producción más reciente de Miyazaki. “Lo importante son los lentes de Jiro, porque sólo a través de ellos puede ver el mundo”, aseguró. Los lentes del protagonista simbolizan su visión sesgada del mundo, que no le permiten ver la realidad atroz y el carácter bélico de los aviones que diseña con ilusión estética.
De acuerdo con Ōtsuka, la ironía de belleza y violencia representadas en Jiro Horikoshi y el avión de guerra que diseña son analogías de Hayao Miyazaki y su fanatismo por las armas y los vehículos bélicos.
Miyazaki recurrió a diferentes métodos para tratar de conciliar esta paradoja. Además del simbolismo en Se levanta el viento, el guionista tokiota resaltó la tendencia presente en filmes como Porco rosso (1992) y Kiki, entregas a domicilio (Majo no takkyûbin, 1989), de desarmar las naves de guerra a través de la comedia o el romance.
Asimismo, mencionó que el cineasta suele otorgar el control de las armas u otras herramientas de guerra a los personajes femeninos de sus películas, no sólo como una forma de fortalecer el carácter de sus heroínas, sino como una respuesta contestataria a las convenciones políticas de su país.
El director se ha distinguido por su postura política pacifista, oponiéndose fuertemente a las propuestas de reforma constitucional que algunos políticos han intentado consolidar en materia armamentista y de invasión a otros países. Por lo mismo, el lanzamiento de Se levanta el viento fue recibido con críticas y polémica mediática.
La más reciente producción de Hayao Miyazaki se proyectó al concluir la ponencia de Eiji Ōtsuka, quien le pidió al público que observara atentamente en qué momento el protagonista se quitaba los lentes, ya que ahí estaba la clave para entender la oposición entre realidad y fantasía en la película.
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