Por: Redacción/
Así como la colorida artesanía mexicana está hecha de diferentes partes de animales fantásticos, de igual manera está constituido el Colectivo Alebrije, una próspera unión de distintos profesionistas que dieron un solo fruto: el teatro.
La historia de este grupo comienza con la integración de personas egresadas de las carreras de comunicación, artes visuales, diseño y mercadotecnia, menos de teatro.
Narra en entrevista la directora del colectivo, comunicóloga y dramaturga, Sara Pinedo, que todos provienen de diversas licenciaturas, excepto del teatro; ello no ha sido un obstáculo para ejercerlo, pues su universidad y la experiencia de convivir con el exterior y con la gente de su ciudad natal Guanajuato, les han proporcionado las herramientas para crear proyectos escénicos a través de sus historias y realidades.
Recalca que esto no es impedimento para crear, escribir y llevar al escenario sus propios proyectos, los cuales se basan principalmente en abordar las problemáticas sociales y políticas actuales; todas ellas trabajadas con la participación directa de la sociedad afectada en las comunidades menos favorecidas.
El inicio de Alebrije comienza hace 11 años en los cafés de la ciudad y en espacios no convencionales, donde planeaban los proyectos que deseaban aterrizar; “lo que nos marcó mucho fue la creación colectiva, porque trabajamos armando nuestros propios textos con base a nuestros intereses y búsquedas en esos momentos, interpelando al espectador de una forma mucho más cercana y directa, por eso buscábamos espacios abiertos como los estacionamientos, terrenos baldíos, plazas abandonadas, lugares que sin duda nos abrieron otros planos de la creación teatral”.
Aclara la dramaturga que su trabajo colectivo ha pasado por diferentes facetas, dependiendo también de los compañeros que se han sumado a través de los años y cuya base generalmente ha sido de ocho personas.
El parteaguas significativo estuvo delineado desde su participación en el teatro comunitario, el cual llegó cuando el Colectivo Alebrije ya estaba más maduro y consolidado.
Para detallar y entender el trabajo desarrollado como agrupación, Sara Pinedo precisa los cuatro proyectos en los que intervienen. El primero consiste en hacer teatro autónomo, donde trabajan con proyectos específicos como el nombrado “La pepena”, un laboratorio de colección de relatos que surgen a partir de objetos encontrados en el desecho.
El siguiente consiste en hacer teatro comunitario en colaboración con otros grupos, como el colectivo Los de abajo, cuya labor inició en San Juan de Abajo en 2016; “este proyecto se lleva a cabo con cerca de 40 niños, jóvenes y adultos de esta comunidad con quienes se apuesta por generar un vínculo entre el teatro y el arte urbano como medio de expresión para la identidad de la colonia, pero también como una crítica que tiende a la acción”, señala la dramaturga.
El otro proyecto también es de teatro comunitario, pero en la localidad de Salamanca, Guanajuato, donde colaboran con el colectivo Teatro del Puerto, integrado por aproximadamente 20 mujeres de entre 10 años y hasta las que ya no recuerdan cuántos tienen.
“Con ellas trabajamos desde 2014 gracias a una invitación del Festival Internacional Cervantino con el proyecto Ruelas, que en ese momento estaba en su etapa piloto y de ahí nos invitaron a ser parte de ellos”.
El cuarto es de literatura y música urbana llamado “Érase una vez rap”, el cual surge de los talleres de teatro comunitario impartidos en San Juan de Abajo, donde la inquietud principal estaba centrada en la música urbana, recalca la directora de Alebrije.
Estos cuatro proyectos, a pesar de estar tan vinculados, son únicos, debido a sus protagonistas y escenarios, quienes le dan sentido a la definición de Alebrije, es decir, si referimos a que es una combinación de diferentes partes de seres fantásticos, o como lo define Sara Pinedo: “Un Colectivo es un híbrido de palabra, cuerpo, sensaciones y silencios”.
El próximo 7 de marzo, Colectivo Alebrije o Un Colectivo presentará su última producción “Breve historia de la incivilización humana”, la cual se estrenará en Guadalajara en el Teatro Experimental de Jalisco.
Este trabajo es parte del laboratorio “La pepena”, el cual los lleva a una búsqueda de materiales en todas sus formas, tanto plásticas como narrativas, y esta será la primera ocasión en que se verá el resultado de la experimentación a través de tres únicas funciones.
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