Por: Redacción/
La cuarta edición de Retromobile en la UNAM es un tributo al viento, al Sol, a la Luna y a todo aquello que entre nubes se mire sobre cuatro llantas, sin toldo. Son 101 historias de autos convertibles que despeinan a sus tripulantes, naves de aventuras, lustrosas, cromadas.
La Ciudad Universitaria tendrá un fin de semana con gafas de sol, en un Centro de Exposiciones y Congresos (CEC) ambientado sobre arena y alfombra verde, en donde posan desde el majestuoso y robusto Jaguar, el Ford Fairlane Sunliner 1958, hasta el carisma del FIAT Topolino 49, con sólo 15 caballos de fuerza.
Autos de tanta estrechez frente al habitáculo, en su mayoría biplaza, en donde se percibe el aroma de quien desde el asiento diestro sonríe con un carmín encendido, y de fondo el soliloquio de “Pretty Woman,walkin’ down the street”.
Organizada por la Dirección General de Servicios Administrativos-Tienda UNAM y la Federación Mexicana de Automóviles Antiguos y de Colección (FMAAC), en esta exposición lo mismo vuelan las mascadas en un Ford A 1928, con llantas tipo carreta, que en los Karmann Ghía de Volkswagen, en el diminuto francés Vespa 400 Azul con maletero, o en el Ford Mustang 1969, con 290 HP, envidia de cualquier auto de agencia por convertirse en el mismo viento sobre asfalto.
La regla del conocedor es clara: “si el toldo baja, el precio sube”, pero nadie le compite en tanta aventura enllantada al Cadillac 76, para los más sobrios, o al Galaxie, de excesivas dimensiones, fuerte de raíz. Quizá el cortejo se fragüe en un BMW Isetta 57, que se abre como puerta de refrigerador: por el frente, biplaza, tres llantas, atípico. Pero probablemente todo empiece en el auto de muchos habitantes de antaño de la Ciudad de México: un Volkswagen Sedán, Cabriolet 1966.
Los convertibles, orgullo de sus dueños, brillan en esta nueva jornada gracias a su dedicación y pasión. Incluso se exhibe una “extraña joya rodante”, un Nash 1950, jamás restaurado y del cual sólo se fabricaron nueve mil 300 piezas.
En la inauguración de la exposición, Luis Silva Gutiérrez, Jorge Saviñón y Raúl Valdés, presidente, vicepresidente y secretario de la FMAAC, respectivamente, comentaron que esta aventura que iniciaron como coleccionismo se ha convertido en una inversión. “Si estos vehículos se conservan todos los días, cada mañana incrementa su valor económico y cultural, pero para nosotros la estimación que les tenemos es invaluable”.
Este espectáculo sobre ruedas estará abierto hasta el próximo domingo 2 de diciembre, en un horario de 11:00 a 17:00 horas.
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