Por: Redacción/
En el libro El teatro depurado y sin concesiones de Ludwik Margules, la actriz y egresada del Foro Teatro Contemporáneo María Teresa Paulín, hace una reflexión del trabajo como guía y creador del director de escena, teórico, traductor, ensayista y guionista, considerado un innovador del teatro en México.
Al presentar la publicación editada por Paso de Gato este viernes 26 de enero en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes (Cenart), la investigadora del Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, expuso que Ludwik Margules (Varsovia, Polonia, 15 de diciembre, 1933 – Ciudad de México, 7 de marzo, 2006) fue un director sin reserva que se jugaba el todo por el todo, con arrojo y capacidad para correr todos los riesgos posibles.
La académica expuso que la investigación para el libro, que originalmente es su tesis doctoral en la Universidad de la Sorbona (París, Francia), le llevó cuatro años y medio, la cual decidió realizar porque consideró que el trabajo del director, ensayista, teórico y profesor se encontraba “fuertemente amenazado por el olvido”.
Acompañada por Lydia Margules, hija del director, y Hugo Wirth, subdirector de la editorial Paso de gato, María Teresa Paulín comentó que mucha gente dedicada al teatro ha escuchado hablar sobre Margules pero que no todos tuvieron oportunidad de conocerlo.
“Su vasto conocimiento del lenguaje teatral y su enorme trabajo pedagógico enriquecieron el teatro mexicano, sus puestas en escena dirigidas a un público intelectual se caracterizó por un lenguaje poético”.
Lo describió como un director temerario, el primero en recurrir al actor y a su mundo interior con un rigor sin concesiones, quien reemplazó la grande elocuencia teatral de las escenas mexicanas por un teatro más íntimo que comunicara a un nivel más profundo con el público.
Agregó que Margules se consagró a formar actores capaces de reflexionar e imaginar proporcionándole referencias universales y exigiéndoles con una disciplina histórica. “Fue el primero en depurar su material en busca de lo esencial de la puesta en escena y en despertar las emociones del actor a través de su método transgresor que les facilitaba el conocimiento de sí mismo”.
María Teresa Paulín mencionó que la investigación realizada le posibilitó encontrar información valiosa para continuar sus reflexiones y desarrollo como actriz, directora y docente, y a la vez conocer algunos de los problemas del teatro mexicano en los últimos 50 años, y considerar formas de hacerles frente.
“De alguna forma su método le permitía combatir la inmediatez, no despertarse un día y tener la ocurrencia de montar una obra decía, decía que el escenario no es el basurero de las ocurrencias. En cada puesta siempre hubo una búsqueda, método y las herramientas se fueron transformando, todo enfocado a un discurso o postura clara”.
En su intervención, María Teresa Paulín puntualizó respecto al uso de la palabra método.
“Existe mucha confusión en cuanto a esta palabra, un método no siempre tiene que ser igual, es una serie de pasos que se utilizan para buscar un resultado que puede ser distinto de alguna forma, Margules mostró diferentes métodos en sus diferentes puestas en escena, eso es lo que lo hace complejo, cada puesta era seguramente la búsqueda de una metodología que se murió mientras la construía y que seguramente era para llegar a otro método.
“Hasta ahora nadie se había aventurado a escribir y reflexionar a profundidad sobre el método de este director, estaba sin responderse si había existido realmente un método en el trabajo de Margules y cuál había sido”.
En opinión de María Teresa Paulín, Ludwik Margules fue valiente desde el punto de vista aristotélico donde el hombre siente miedo pero corre el riesgo. “Pienso que a pesar de profundos riesgos su valentía le llevó muy lejos”.
La autora de El teatro depurado y sin concesiones de Ludwik Margules hizo un análisis de ocho de los 40 montajes que hizo el reconocido director para asimilar sus conceptos teatrales, su discurso escénico y cómo fue su evolución en la práctica del teatro, entre ellas La trágica historia del doctor Fausto (1966), A puerta cerrada (1969), Ricardo III (1971), y De la vida de las marionetas (1983).
La publicación también presenta testimonios de personalidades como Arturo Ríos, Ana Ofelia Murguía, Alejandro Luna, David Olguín, Hilda Valencia, Rodrigo Vázquez y Alejandro Navarrete, con las que se ofrece un abanico de visiones alrededor del genio creador, lo que muestra que contó y trabajó con muchos colaboradores.
“Me pareció importante rescatar al director de las memorias de su gente y del archivo con la intención de compartir su conocimiento a futuros actores y directores del teatro, pero también a aquellos interesados en conocer su propuesta original llena de contenido, que no caía en la ocurrencia. Tenía una profunda pero pequeña esperanza en la humanidad, en el hombre como ser libre”, puntualizó Paulín.
En su intervención, Lydia Margules dijo que el volumen es una revisión que da cuenta del trabajo de un enorme artista, para quien cada obra fue una apuesta de vida, en un mundo en el que los procesos de creación escénica se han vuelto rápidos, inmediatos y ocurrentes en el mejor de los casos, centrados más en la ley de la oferta y la demanda que en la necesidad urgente y absoluta de la expresión artística.
“El libro permite entrar desde otro lugar al trayecto escénico de Margules, desde un estudio académico, un principio de análisis de sus estrategias y posibilidades creativas. Mi agradecimiento porque en esta tesis doctoral la presencia de mi padre queda asentada y se abre la posibilidad de una continuidad y reconocimiento a su trabajo”.
El teatro depurado y sin concesiones de Ludwik Margules, de María Teresa Paulín, dividido en cuatro secciones: El origen del teatro de Ludwik Margules, La concepción de la puesta en escena, Su método en la dirección de los actores, y La integración del público, puede adquirirse en la Red de Librerías Educal de la Secretaría de Cultura.
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