Por: Oswaldo Rojas
Para nosotros, que crecimos en una cultura cristiana y/o católica, el nacimiento es una suerte de milagro inevitable. Para el filósofo Émil Cioran parece un rompimiento, no del recién nacido, sino de la madre. Como escribió, en sus más de mil paginas en cuadernos, a la muerte de su madre:
“Cuanto tengo de bueno y de malo, todo lo que soy, lo he tomado de mi madre. He heredado sus males, su melancolía, sus contradicciones […] Todo cuanto ella era se ha agravado y exasperado en mí. Soy su triunfo y su fracaso”.
La vida es aquello que forzosamente comienza a suceder una vez que naces, todo lo sagrado y maldito existe tan solo dentro de la vida. Por eso la importancia de la posibilidad de que una mujer aborte o que una persona se suicide. De no hacerlo el bebe constituirá una prolongación de la vida anterior, la de progenitora.
Para Cioran la vida empieza ya con una carga de lo que uno es y será hasta que adquiere la noción de muerte A partir de esa entrada en conciencia el ser humano podrá ver en la muerte un estado de perfección espiritual. La nada de la que originamos y a la que volvemos, pues para él la existencia prenatal es una característica metafísica.
Por eso los dejamos con 15 frases del filósofo rumno. Pensamientos que dan cuenta de lo anterior: el nacimiento como destino, la muerte como bálsamo y la vida como lucha.
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“La lucidez es el único vicio que hace al hombre libre: libre en un desierto”.
“Un instante de lucidez, sólo uno; y las redes de lo real vulgar se habrán roto para que podamos ver lo que somos: ilusiones de nuestro propio pensamiento”.
“El orgasmo es un paroxismo; la desesperación, otro. El primero dura un instante; el segundo una vida”.
“Soy un simple accidente; ¿Por qué tomármelo todo tan en serio?”.
“El futuro sólo se vuelve temible en cuanto uno no está seguro de poder matarse en el momento deseado”.
“Sólo los espíritus superficiales abordan las ideas con delicadeza”.
“No tengo nacionalidad… el mejor estatus posible para un intelectual” .
“Lo que sé a los sesenta años, ya lo sabía a los veinte. Cuarenta años de un largo, superfluo trabajo de comprobación”.
“El nirvana estético del mundo: alcanzar lo supremo en medio de supremas apariencias. Ser nada y todo en la espuma de lo inmediato”.
“Qué orgullo descubrir que nada te pertenece: qué revelación”.
“La única originalidad del amor es que hace la felicidad indistinta de la desdicha”.
“¿Quién abusaría de la sexualidad sin la esperanza de perder en ella la razón algo más de un segundo, para el resto de sus días?”.
“Lo esencial surge con frecuencia al final de las conversaciones. Las grandes verdades se dicen en los vestíbulos”.
“En algunos, todo, absolutamente todo, tiene que ver con la fisiología: su cuerpo es su pensamiento, su pensamiento es su cuerpo”.
“Podemos imaginarlo todo, predecirlo todo, salvo hasta dónde podemos hundirnos”.
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