Por: José Manuel Mota Fernández
La Selección Mexicana Femenil, en su categoría Sub-17, avanzó hoy a los cuartos de final del Mundial de la categoría que se lleva a cabo en Jordania, país perteneciente al continente asiático. Sin duda es una buena noticia para el futbol mexicano femenil, pero hay que recordar, que la mitad de las jugadoras que forman parte de este equipo, se han hecho, futbolísticamente hablando, en los Estados Unidos de América.
De las representantes de nuestro país, 10 son nacidas y entrenadas en el país norteamericano, mientras que las 11 restantes se han hecho en el futbol nacional, pero no forman parte de equipos como Tijuana, Chivas o Pumas, que son algunos de los equipos profesionales, que cuentan con sector femenil, de hecho, la gran parte de ellas, no está registrada ante la Federación Mexicana de Futbol.
Esto pone en duda la preparación de las futbolistas que forman parte de la Liga Nacional Femenil, creada en el 2015 que comenzó con 40 equipos y que actualmente solo tiene 16, sumando las categorías Sub-13 y Sub 16. De esta liga, solamente hay una jugadora seleccionada, que es Wendy Toledo, la tercera portero del combinado dirigido por Christopher Cuellar que, dicho sea de paso, reside en Estados Unidos.
Las 10 jugadores restantes que forman parte de la Selección, todas son parte de escuelas y torneos independientes de la FMF, por ejemplo Dayana Cazares del equipo Scratch do Oro o Akemi Yokoyama de ACAFUT en Tijuana también hay jugadoras que salieron de equipos de escuelas particulares como Wendy Toledo del Colegio Británico y Alexia Delgado del Colegio Subiré.
Esto nos deja una sola cosa que pensar y es que las fuerzas femeniles de los equipos ‘grandes’ como Pumas, Chivas o el sector profesional femenil, que sí existe, pero que no tiene tantos reflectores como la varonil, evidentemente. Situación que solo nos deja una cosa que pensar, esta es, que los equipos femeniles reconocidos por la Femexfut, no están haciendo su trabajo.
Por eso los seleccionadores están volteando a ver equipos desafiliados a la Federación o bien, buscar talento de jugadoras México-americanas que no tienen nada que ver en su preparación con los equipos mexicanos y que desde pequeñas se han formado en equipos y ‘prepas’ del país norteamericano.
Aunque no lo parezca, esto influye directamente en la clasificación en la histórica clasificación de las chavas Sub-17 en el mundial de Jordania. Se está demostrando que las jugadoras que no están viciadas por la FMF, que están completamente desafiliadas del organismo rector del futbol mexicano, se desempeñan mejor que aquellas que pertenecen a las ligas profesionales.
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